Xalapa, Ver.-El hijo de José Ignacio Cortazar Fernández, sostiene fuertemente la fotografía. Es la de su padre, el joven que fue víctima de una balacera dentro del bar “La Bartola”. La observa y lo ve sonriente con la camisa color azul marino y una gran sonrisa.

En ese instante, con 12 grados de temperatura el aire corría fresco en la ciudad de Xalapa. Inició la protesta de los familiares, amigos, compañeros y músicos, frente al Palacio de Gobierno de Veracruz.

Con pancartas que exigían justicia, hicieron el llamado al gobernador, Miguel Ángel Yunes Linares para que no criminalicen a las víctimas y que la Fiscalía General del Estado (FGE) haga el trabajo de investigación.

Fue asesinado mientras trabajaba en el bar la madrugada del sábado 27 de enero (2018). En ese instante también murió el guardia de seguridad y otros cuatro resultaron heridos.

“Seguimos exigiendo justicia para todos nuestros jóvenes. ¡Yunes reacciona!”, “Queremos hacer música en paz”, “estamos hartos de tanta sangre, no más muertos”, se leía en las consignas que mostraron en repudio contra la violencia que ocurre en el territorio estatal.

Durante la manifestación pacífica los papás, amigos, compañeros y familiares de José Ignacio primero entonaron la canción de “Veracruz” del cantautor Agustín Lara “Veracruz, rinconcito donde hacen su nido las olas del mar”.

Después y con la fotografía de medio cuerpo donde se muestra sonriente, le cantaron “La Llorona”, “no sé qué tienen las flores llorona, las flores del camposanto (…) que cuando las mueve el viento parece que están llorando (…)”.

Entonces el viento fresco, también soplaba y movía las pancartas de los manifestantes quienes al mismo tiempo lloraban y quebraban la voz al recordar la memoria del joven de 28 años de edad quien además de estudiante en la Facultad de Música de la Universidad Veracruzana (UV).

Su mamá, la señora Laura Samatha Fernández contó que el muchacho iba a concluir la carrera en julio próximo. Era maestro de la UV. Tiene dos hijos. Además su sueño era continuar sus estudios en Pedagogía, pero también trabajaba como músico en el bar.

“Usted cree que yo pueda confiar en las autoridades, o que me van a regresar a mi hijo. Quiero justicia, claro que quiero justicia, pero eso a mí no me va a devolver a mi hijo. Lo quiero vivo, ¿quién me lo va a devolver?, ¿la justicia? No verdad, nadie”.

El padre, Santiago Cortazar, indicó que independientemente del dolor y la impotencia, “vine a aquí y que a mi hijo no me lo van a devolver. Pero hay muchos jóvenes que necesitan salir, divertirse, estudiar, que tienen sueños e ilusiones como mi hijo. No puede ser posible que tengamos encerrados a nuestros hijos porque una bola de delincuentes, en cualquier momento nos lo matan”.

Considera que no existe un país libre “es mentira, es una falacia de que México sea libre, nos quieren atar con el terror y con el temor. Por eso estoy protestando (…) están matando a una sociedad, a los principios”.

El ataque armado ocurrió a las 02:00 de la mañana en el negocio ubicado entre la calle Úrsulo Galván y la avenida Adolfo Ruiz Cortinez, donde el joven acudía a laborar como músico. Y hasta ahí llegaron los delincuentes que dispararon en varias ocasiones ocasionando la muerte del joven y de un guardia de seguridad, resultando heridas cuatro personas más.

 

 

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