Francisco De Luna/
Xalapa, Ver.- El tianguis “Revolución” ubicado en la colonia El Moral en la ciudad de Xalapa, está abandonado por las autoridades municipales. Son decenas de locales vacíos; sólo seis vendedores hacen uso de este sitio.
El lugar pareciera que cambió de giro, porque es más fácil encontrar a jóvenes drogándose o pandillas haciendo el intercambio de objetos robados que establecimientos exhibiendo productos, contaron los vendedores.
Una locataria, que atiende el primer puesto, sólo tiene a la venta plátano, col y coliflor, casi toda su mercancía está marchita –contó que no hay clientela y es muy extraño que alguna persona se acerque a comprar-.
Reconoce que la gente tiene temor de entrar a este espacio porque algunas personas han sido asaltadas y eso se ha convertido en un factor negativo para que la zona comercial pueda reactivarse.
Este mercado tiene dos accesos, la calle Amazonas y Coatzacoalcos. Cuenta con un amplio estacionamiento. Fue construido durante la administración municipal de Reynaldo Escobar Pérez en el año 2004.
Para esta obra se invirtieron 8 millones de pesos y actualmente es una edificación que sólo ha servido como guarida de los pandilleros.
Los vendedores contaron que el estacionamiento es utilizado como un “ring” por los alumnos de secundarias, porque es ahí donde se organizan las peleas y “arreglan sus diferencias”.
Pero además –esas agresiones son grabadas con los celulares y han sido subidos a las redes sociales-.
Hay locales a los cuales les han arrancado las cortinas metálicas y así han ingresado a estos espacios para consumir enervantes y hasta utilizarlo para tener relaciones sexuales.
Las paredes de este lugar están rayados con aerosol, hay intentos de “grafitis”, mensajes de amor, otros son amenazantes, “pero más que nada es para marcar territorios de las pandillas”, contó otra locataria quien tiene a la venta tamales y tostadas.
Consideran que este inmueble podría ser demolido y darle otros usos, debido a que como tianguis fue un fracaso pues aseguran que las autoridades municipales no tuvieron los suficientes argumentos jurídicos para reubicar a los comerciantes informales.
