Francisco De Luna / PRIMER PÁRRAFO

Actopan, Ver.-“Hermanito, ya no fuiste a visitarme”, Silvia grita angustiada y rompe en llanto cuando ve llegar el ataúd de Celestino Ruiz Vázquez, periodista asesinado la noche del viernes 02 de agosto (2019).

Minutos antes, ella junto con Blanca Flor, esposa de Celestino lavan el piso encharcado de sangre. Están dentro de la tienda “La Bocanita”. Son las dos de la tarde cuando un calorón que pareciera “infernal” recae sobre la comunidad que está impactada por el hecho de violencia.

*Escurre la sangre de periodistas*

Las cubetas con agua y jabón son acarreadas por los hijos para limpiar esa huella sangrienta al interior del negocio. La mancha roja escurre desde adentro y cae a la banqueta, se expande hacia la orilla de la carretera. Es impactante.

Se trata del primer periodista veracruzano asesinado durante la administración del gobernador morenista, Cuitláhuac García Jiménez. Y la familia del reportero, no pide más que descanse en paz. No señalan culpables, no tienen más datos.

Doña Blanca, narra que anteriormente su esposo ya había sufrido ataques y muestra el coche rotulado con la palabra “PRENSA” y a lado de estas letras se observa un impacto de bala.

Eran casi las 21:30 horas del viernes cuando encontraron el cuerpo dentro de la tienda que Celestino administraba. Este negocio está adjunto a la casa donde vivió con su familia en la comunidad de La Bocanita, perteneciente al municipio de Actopan.

*Le pedíamos que dejara el periodismo*

Celestino acababa de cumplir 60 años de edad (el 27 de julio) y comenzó a dedicarse al periodismo desde hace más de 30 años, “mi padrastro trabajó en el periódico y mi hermano se preparó para trabajar en esto”.

Silvia, cuenta que le pedían a Celestino dejara de trabajar en la prensa “él quería mucho su trabajo, y le decíamos que lo dejara pero siguió insistiendo y murió en su ley. Siempre oímos que se corre mucho peligro y que lo dejara, que de hambre no se iba a morir”.

La hermana del periodista, recuerda que son una familia pobre “siempre hemos luchado, venimos desde abajo”. Ellos son originarios del municipio de Alto Lucero, pero por cuestiones laborales llegaron a radicar a Actopan.

Pero además de dedicarse al periodismo, también trabajaba como repartidor del periódico “El Gráfico de Xalapa”, además tenía una tienda de abarrotes y también se dedicaba a la compostura de televisiones y otros aparatos electrodomésticos para complementar su salario.

Celestino tenía a la venta accesorios para celulares “o vestía o comía”, pues su pago como reportero nunca fue suficiente “y esta casita apenas la empezaba a arreglar”, refiere Silvia, la hermana del periodista asesinado a balazos dentro de su negocio.

*Él era todo para mí*

“Él no comía bien, no vestía bien”, pero siempre con muchos esfuerzos para lograr un futuro para sus hijos de 18 y 13 años de edad.

Blanca, la esposa del periodista, muestra la fotografía de Celestino. Una cámara profesional posa sobre la cama. Era la herramienta de trabajo, con ella captó diversos momentos como la manifestación de los habitantes en contra la mina y los letreros en las que se anuncia la oposición hacia la construcción de una granja avícola.

“Él era todo para mí (…) sólo quiero que nos dejen en paz”, explica en el cuarto donde estaban a la espera de la llegada del ataúd con el cuerpo de Celestino. “No sabíamos que buscar para nuestros frijoles, nos iban a quitar la vida”, dice la esposa.

El cuerpo llegó minutos después de las 15:00 horas. Cuando el féretro fue colocado en la entrada de la casa, la familia aún no asimilaba el hecho. Segundos después se escucharon los llantos, los lamentos acompañados de recuerdos.

“Hermanito ya no fuiste a visitarme. Te amo mucho papito, mi hermano querido”, decía Silvia, recargada sobre el ataúd. Los demás familiares se abrazan, intentaban darse fortaleza uno a otro.

*Los ataques contra Celestino*

El periodista había denunciado en octubre y noviembre del 2018 ante la Fiscalía de Veracruz, ataques en su domicilio, presuntamente ordenados por el alcalde de ese municipio, José Paulino Domínguez, por diversas publicaciones realizadas en su contra, por lo que se inició la carpeta de investigación CI/114/2018/PC y se dictaron las medidas de protección correspondientes.

En febrero de 2019 se quejó ante la Comisión Estatal de Derechos Humanos (CEDH) por la falta de avances en la indagatoria y en mayo de 2019, esta remitió a la Comisión el oficio CEDH DAV/2156/2019, solicitando la asesoría jurídica, iniciándose los trámites del procedimiento de atención, mismos que se formalizan el 5 de junio de este año.

Derivado de lo anterior, se realizaron diversas acciones para impulsar el avance de las indagatorias, lo que incluyó un acuerdo para realizar una ampliación a sus declaraciones ante la Fiscalía, sin que esta se hubiera concretado por causas ajenas, refiere el comunicado de la Comisión Estatal de Atención y Protección a Periodistas (Ceapp).

 

1 COMENTARIO

  1. Ante estos lamentables hechos sangrientos, dudo mucho de que los jóvenes se quieran inscribir a la Facultad de Ciencias de la Comunicación en nuestro Estado de Veracruz. Dar a conocer a la opinión pública un asunto de uso indebido de los recursos del erario constituye poner en riesgo la integridad física del reportero. Mejor hacer caso omiso y dejar que los políticos usen los recursos a su entera libertad.

Dejar una respuesta

Please enter your comment!
Please enter your name here