Carta a la redacción
No acostumbro externar mis molestias por este medio. Sin embargo, hoy si lo haré. Mi hija empezó con síntomas de influenza. La llevé al Hospital General de Veracruz el domingo por la mañana para descartar esa posibilidad.
Nos dijeron que la prueba la podrían hacer hasta hoy a partir de las 8 am. A esa hora estuvimos hoy de nuevo.
De un módulo a otro. De un consultorio a otro, hasta que por fin, con muy mal modo, una doctora nos dijo que no había reactivos para la prueba, que debíamos ir a un laboratorio privado y que regresáramos en caso positivo.
Fuimos, le hicieron la prueba a mi hija. Resultó positiva y decidimos acudir con un médico privado para el tratamiento.
El doctor le prescribió el famosísimo Tamiflu. Pero subrayó la importancia de reportar su caso a una institución del sector salud.
Regresamos al Hospital General, y después de dar ochenta vueltas, un médico jefe de algo ahí, nos dijo: miren, la Sría. de Salud instruyó a poner un módulo de atención especial para ésto. Asómense. Tenemos un escritorio y unas hojas de papel.
A lo mejor le toman el nombre y domicilio, pero ni le podemos dar medicamento porque no lo tenemos, ni va a pasar nada.
Mejor vayan a su casa y que su hija descanse, tome muchos líquidos y no esté en contacto con más gente. No se preocupen por eso de reportar el caso.
Hace un rato, haciendo circo y maroma, cual si se tratase de algo ilegal, conseguimos la famosa medicina.
En esta travesía, nos tocó ver una enorme cantidad de enfermos de influenza. Estoy segura que la cuenta de esos casos no se lleva.
Y me pregunto cómo le harán los menos favorecidos, para poder tener acceso a una prueba que a su vez, permita la prescripción de un medicamento, que por ahora, pareciera como droga prohibida, sustancia tóxica u objeto digno del mercado negro?
Y la otra pregunta que me hago, en serio, en serio, piensan seguir diciendo que esto no es una epidemia? A lo mejor, nuestras autoridades necesitan acudir una mañana cualquiera, a un área de urgencias para que lo descubran!!!
