De volea

Por: Áser Oropeza

@ASerOro

Las comparaciones son odiosas y sobre todo desatan la polémica que siempre envuelve a ambos personajes, que ambos son genio y figura pero que, a pesar de ser íconos en sus posiciones, ninguno puede siquiera ostentar competir con Hugo Sánchez por el nombre del mejor futbolista que ha dado este país.

Pero vayamos por partes, si bien rememorar todo lo hecho por Rafael Márquez en su carrera europea, sobre todo, puede ser tedioso, no debe dejarse a un lado que ser campeón de Liga y UEFA Champions League con el mejor equipo del mundo, en su momento, no fue para nada un regalo para el de Zamora, Michoacán.

Atestiguar el debut de Lionel Messi, compartir bromas y vestidor ni más de ni menos que con la sonrisa del futbol, Ronaldinho, ser pareja en la defensa central del mejor en su posición en España durante los últimos años, Carles Puyol, y demostrarle el camino a Gerard Piqué para que después le heredara su lugar, Rafael Márquez no puede tener sólo un espacio en el top 5 de los mejores futbolistas mexicanos de todos los tiempos, debería, solamente por los galardones que tiene en su palmarés, instituirse como el mejor de todos los tiempos, pero claro y sin rebatirlo, es más llamativo ser el anotador de goles que el destructor de jugadas.

El también llamado “káiser”, jugador elegante, con máximo nivel en la técnica individual, quien sería el mejor alumno de Ricardo La Volpe si se dedica a la dirección técnica y con una lectura de partidos que fue afinando con el paso de los años, ha sido uno de los que tiene altibajos en Selección Nacional. Dio goles importantes, en momentos clave para mantener al equipo en la pelea e, incluso, victorias exorbitantes; sin embargo, en su pasado pesa las veces que se hizo expulsar de la manera más inoportuna en los partidos. En clubes, el mejor; en la Selección, agridulce.

Por otro lado, está el hijo del barrio. El “ñero”, el que llegaba en autobuses a los campos de entrenamiento de Coapa y que fue descubierto de la manera más silvestre y primitiva que da el futbol: en las canchas del amateur. Cuauhtémoc Blanco Bravo goza del fanatismo de multitudes, a pesar que en su historia de vida aparecen pocos títulos y algunos de baja importancia. Una Liga Mexicana con su amado América, un campeonato con Irapuato en el Ascenso y la Copa FIFA Confederaciones con el Tricolor, máximo logro hasta el momento de la Selección Mayor, es lo mejorcito que tiene en su carrera profesional. Nota al pie: ésta también la ganó Rafael Márquez.

El avecindado en Tepito es el gandalla en la cancha, el que saca de la chistera el pase con la “joroba”, la “cuauhtemiña” y la finta que en el barrio prende pero que en la cancha se toma como una más de sus locuras.

Espectacular e irreverente como pocos. Siempre habló de frente y hasta lloró cuando un trinitario salvaje le reventó la rodilla en Concacaf y que repercutió en su lesión infame que, aseguran, truncó una brillante carrera en Europa con el Villarreal.

Dos golazos con esa derecha impresionante quedan en la memoria del mexicano seguidor del ahora alcalde de Cuernavaca. Sin embargo, poco duró la travesía. En una época donde iban pocos mexicanos al Viejo Continente y preferían el apapacho en casa, el “Témo” decide regresar al equipo de sus amores con sed de venganza.

En Selección mexicana es ídolo. E ídolo en verdad. Pocos pueden reprocharle algo a “Sir Cuauh”. Solamente un fanatismo mal enfocado podría quitar al héroe de Tepito como el mejor en Selección Nacional, a menos en los últimos 30 años. Resolvió eliminatorias, colocó a México en la palestra mundial con jugadas exóticas y definiciones inverosímiles, como la del gol ante Bélgica en el Mundial del ‘98; pero no alcanzó para más. Y no le alcanzó porque podría ser el peor enemigo de La Volpe si se recuerda cómo lo dejó fuera del mundial 2006, dándole el tiempo, quizá, la razón al técnico argentino.

Si bien el surgido de la UNAM está arriba de estos dos en la historia del futbol mexicano en lo general, Rafael Márquez por títulos obtenidos y Cuauhtémoc Blanco por su mayor peso en la Selección pueden hablarle de tú al “Pentapichichi”.