Francisco De Luna /

Naolinco, Ver.-En la comunidad de Almolonga, se baila para recordar a los esclavos que laboraban en las haciendas cañeras y cafetaleras. Los danzantes cuentan que ahí jamás olvidan sus orígenes y tradiciones.

Por eso, los hombres salen de sus hogares disfrazados de algunas deidades, animales y coloridas máscaras con cuernos como parte de la celebración del carnaval con raíces africanas.

Abraham Martínez tiene 28 años de edad y él comenzó a participar desde los cinco, “prácticamente casi toda mi vida”, dice y orgulloso cuenta que su hijo de un año cuando escucha la música de viento intenta zapatear.

Del 22 al 25 de febrero se lleva a cabo la edición 2019, donde se hace un recuento de los 100 años de historia en este rincón de Naolinco, municipio ubicado en la zona centro y colindante con la ciudad de Xalapa.

A los participantes se les observa con sus largos atuendos que llegan a tener un costo de 2 mil pesos, pues los adornos van desde la corona de flores, la gruesa y pesada máscara de madera, botas que son enrolladas con cascabeles y aditamentos que dan vistosidad al carnaval.

Narran que esta fiesta es para despojarse de las cargas de la vida diaria y honrar la memoria de los esclavos traídos por los españoles a esta región veracruzana.

FOTO: JESSICA GARCÍA

“Hace como cien años que comenzó esta tradición con los antiguos esclavos que venían de Almolonga y para entretenerse y tener un rato de descanso comenzaron a bailar con máscara de toros”.

Abraham comentó que al ponerse la máscara es transformarse y comenzar a bailar y divertirse tal y como lo hicieron alguna vez las anteriores generaciones.

Sus habitantes refieren que es celebrar a la tercera raíz mexicana, la negra, que le ha dado mucha historia a las comunidades de Naolinco y Actopan como en el caso de Coyolillo donde a la llegada de esta localidad se lee un letrero da la bienvenida y dice “Un rincón africano”.

FOTO: PACO DE LUNA

En Almolonga los danzantes zapatean al ritmo de la música de viento, las campanas y cascabeles atados a las botas resuenan con el más leve movimiento. Ese sonido es la fiesta y es momento de bailar y semejar al bramido de los toros.

“Las máscaras son de unos árboles que le decimos equimite”, explica mientras la sostiene con una mano y con la otra sopla su rostro por lo acalorado y de bailar bajo el incesante sol que hace marcar a 30 grados el termómetro.

Otra de las características es que aquí la gente se organiza para el festejo y en las casas se atiende a los visitantes a quienes les obsequian la comida y la bebida.

FOTO: PACO DE LUNA

Almolonga se ubica a 45 minutos de la ciudad de Xalapa. En el lugar se puede recorrer lo que fueran las instalaciones de la hacienda que en 1928 fue adquirida por Manuel Parra Mata apodado “Mano Negra”.

En la exhacienda la mirada se pasea entre antiguos jardines, paredes derruidas y un subterráneo que alguna ocasión funcionó como baños de vapor.

Ahí también se puede admirar la torre de un reloj, el parque con estilo francés, así como la capilla que data de 1771 dedicada a San Miguel Arcángel.

FOTO: JESSICA GARCÍA

Así también el chacuaco del ingenio a un costado del acueducto, que asemeja a las antiguas postales de México.

FOTO: JESSICA GARCÍA

 

 

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