Heidi Viveros*
Desde el siglo XVI, Banderilla ha sido uno de los lugares más importantes de la región de Xalapa. Hasta el siglo XIX, en dicho lugar era común el tránsito de numerosas diligencias, lo cual era aprovechado por diversas bandas de ladrones, quienes, escondidos entre la vegetación las asaltaban constantemente.
Para lograr sus cometidos, los delincuentes colocaban como señalamientos unas banderillas prendidas en los árboles más altos del cerro de la Martinica, mismas que indicaban a los viajeros que se detuvieran o avanzaran. Este hecho generó que el lugar se empezara a conocer como Banderilla.
Actualmente ese nombre comprende a un municipio que cuenta con 19 mil 170 habitantes, de acuerdo con el censo poblacional realizado en el 2010 por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI).
Banderilla es un municipio rico en cultura, reconocido por ser un lugar generoso, además de sus diversas tradiciones y eventos como la Expo Feria y la fiesta de San José. Sin embargo, en los últimos meses varias de las colonias que comprenden a la localidad han sufrido con el aumento de la delincuencia, una de ellas es la colonia Salvador Díaz Mirón.
Vecinos inconformes
La señora Guadalupe Barrientos, quien vive en Banderilla desde hace más de 19 años, dice que uno de los principales problemas que sufre la colonia mencionada se encuentra en el pésimo alumbrado público, además de la escasa vigilancia. “El ayuntamiento está que manda y manda policías y no llega nadie”, comenta.
El joven Kevin Martínez ha vivido en Banderilla desde que era un niño y menciona que el problema de la inseguridad “ha sido desde siempre”. Una de las soluciones que propone es la de tener policías preparados y de más confianza.
María de Jesús Villa, quien también es vecina de la colonia Salvador Díaz Mirón, considera de importancia las medidas de prevención que implementaron los colonos ante el problema de la inseguridad. “Se han hecho juntas para que haya vigilancia, pero a veces no funcionan”.
Otro testimonio es el de la señora María de Jesús, quien afligida y molesta dijo lo siguiente: “Hace tres meses aproximadamente, los problemas de inseguridad se han venido aumentando, un día por la mañana asaltaron a una muchacha, además de que ya se había dado el secuestro de otra jovencita que vive a una cuadra arriba de mí casa”.
Una de las medidas implementadas por los vecinos luego de las juntas realizadas para atender el tema de la inseguridad fue la de crear un grupo de WhatsApp, en el cual se agregó a la mayoría de ellos para que puedan informar de alguna irregularidad que se presenté o algún suceso “extraño” en la colonia.
Vigilancia preventiva
Durante el último informe de gobierno rendido el 5 de diciembre del 2015 por el Alcalde con licencia, Esteban Acosta Lagunes, se informó del dinero invertido en la seguridad de los ciudadanos banderillenses. Entonces se dijo que habían sido aportados tres millones 331 mil 532 pesos para el pago del personal de vigilancia preventiva, el gasto de combustible generado por las patrullas, el pago del sueldo de 32 nuevos elementos y vehículos, además del equipamiento de uniformes y herramientas de trabajo.
Debido a la petición de reforzar la vigilancia que hicieron los ciudadanos de la colonia Salvador Díaz Mirón y de otras más colonias del municipio de Banderilla, se dio a conocer el número de recorridos que se habían dado por elementos de seguridad, los cuales constaban de seis mil 048 recorridos a los que se sumaban tres mil acciones de asistencia vial, entre otras.
Otra solución del Ayuntamiento de Banderilla a los ciudadanos fue la instalación del Modulo Arenas instalado junto al palacio municipal, con el que se busca eficientar los rondines de vigilancia por todo el municipio las 24 horas del día, los 365 días del año.
Sin embargo, los vecinos de la colonia Salvador Díaz Mirón siguen sin estar satisfechos, consideran que las situaciones de inseguridad aún están presentes, y por ello realizaron nuevas juntas entre las calles Macario Hernández Torres y Francisco Pimentel. Allí se dieron a conocer hechos delictivos y volvió a hacerse pública la preocupación entre los vecinos, los cuales acordaron mantenerse en alerta y en comunicación.
*La autora estudia el quinto cuatrimestre de la carrera de Ciencias de la Comunicación en la universidad IVES.
