Fotografía ilustrativa tomada de sipse.com.

Réplica

Desactualización académica

Por Eduardo Vázquez Reyes

No hace falta mencionar que una gran idea ubicada dentro de este sistema de educación en el que nos encontramos es la que supone la acumulación de conocimientos en temas específicos. No obstante, por conocimientos no me refiero al simple registro de datos sin reflexión alguna o a la tan famosa estrategia de algunos académicos que se basa en el «copia y pega» o lo que yo en mis tiempos de estudiante de licenciatura denominaba «las grabadoras humanas»; es decir, aquéllos que recitan de memoria un sinfín de citas o palabras de autores muy reconocidos, pero sin que los emisores de tales parágrafos aporten algo novedoso.

Una idea de conocimiento más completa tendría que ver, desde mi punto de vista, con la reflexión que de un tema en concreto realiza una persona determinada. Eso sí sería tener un cuerpo de conocimientos auténticos, pues la estrategia mencionada líneas arriba no tiene mucha distancia de ser un conjunto de recuerdos y sólo eso.

Sigamos adelante con este texto sin detenernos en discusiones profundas sobre la idea de conocimiento, propia de la epistemología, línea de investigación de la filosofía. El punto que me interesa y por el cual he titulado así a esta presentación de «Réplica» tiene que ver con uno de los problemas fundamentales en nuestras instituciones educativas, sobre todo de nivel superior o universidad: la falta de actualización.

Esta falta de actualización no siempre es por el recurso necesario para invertir en ella. En muchas ocasiones se debe, más que nada, al desinterés o a la comodidad que brinda tener una plaza de tiempo completo, lo cual permite y posibilita por un periodo largo e inacabable enseñar (o ,para hacer franco, hacer como que se enseña) los temas adquiridos desde el inicio de la formación del docente. Y en este sentido la predisposición para involucrarse en las investigaciones recientes relativas a los temas pasa a un plano marginal.

Y no siendo suficiente se fortalece el apoyo a una enseñanza de temas obsoletos y con estrategias didácticas ya fuera de lugar. En este tenor quienes mantienen esta actitud tienen ya una trayectoria académica establecida, a partir de los mismos contenidos educativos.

El problema que es evidente observar con la desactualización es que provoca que los alumnos crean que los temas que están estudiando son de lo más actual, lo más relevante en su línea de investigación. Y si no se advierte desde un inicio que los temas por ver son sólo una pieza de lo mucho que hoy en día existe, sólo tendremos (como hasta hora) una confusión intelectual.

Este tema también afecta a la construcción de planes o programas educativos. Me temo que en gran medida para que existan modificaciones a la materias que lo constituyen se debe basar en quiénes podrían dar dichas clases. Y por razones de estrategia, comúnmente lo único actual que tienen las cátedras es el nombre en pro de cuidar las materias por asignatura o justificar la plaza de tiempo completo.

Columna de Cronopios y Divergencias.

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