Los locutores Ana Yancy Espinosa y Raúl García.

Jorge Daniel Tejeda Palafox

Xalapa, Ver.- La radio se ha mantenido como un medio masivo vigente y apegado a la época actual, siendo esto posible con el trabajo de personas especializadas en este campo. Así que, para entender mejor esto, entrevisté a los locutores Ana Yancy Espinosa y Raúl García con la finalidad de que la sociedad en general conociera sus experiencias a lo largo de muchos años de arduo trabajo.

También, se abordarán sus puntos de vista sobre el estado actual de la radio, lo que esperan de las nuevas voces, las cosas que deben mejorarse y su humanismo hacia el público. Cabe destacar que ellos realizan capacitaciones para todas las personas sin importar género, edad y profesión, donde podrán adquirir las bases teóricas y prácticas para elaborar un programa radiofónico o emprender como futuros locutores.

-¿Cuántos y en qué tipos de programas han participado?

Ana Yancy Espinosa: “No te puedo decir una cantidad por todos estos años de trabajo. Pero puedo decirte que en 1989, empecé en la “Legión Infantil” cuando Martín Casillas Cazaux necesitaba una colaboradora. Así que entré y era la encargada de poner la música de los niños, tomaba las llamadas y les daba consejos. Después, me pasé a otro programa, “Bazar Xalapeño” de la misma estación, que consistía en la venta y trueque de cosas que tenía la gente. Otro programa en el que estuve fue “Música, voz y tradición”, de estilo cultural y al cual iban jóvenes y grupos que interpretaban música viva. También estuve en programas de la “Ke Buena”; sin embargo no me gustaban por el doble sentido. Por último, “Magia” 93.7 FM, donde tenía varias secciones.

Raúl García: “Yo solo hice en 1997, lo que es la radio para niños, y en los proyectos de radio me encargaba de vestir a los programas. Era importante tener una idea clara para darle un género y sentido para el radioescucha”.

-¿Cuáles son sus puntos fuertes para hacer un buen trabajo en la radio?

A.Y.E.: “Ser honesta, empática, adaptarme a lo que me piden en cuanto a trabajo, puede ser desde hacer un control remoto o investigar. Realmente trato de aportar lo necesario y ser yo misma. Es decir, si tratas de interpretar a un personaje y no eres tú como persona difícilmente el auditorio te tomará en serio”.

R.G.: “El punto fuerte es que llegando a la radio entendí el concepto y adquirí constancia. Una vez identificado ese punto, gané impulso y entendí a la perfección lo que se debe hacer en la radio comercial pues se está vendiendo la voz, un producto o una idea. Me di cuenta que es un trabajo divertido y lleno de creatividad, ahí está el punto de que lo entiendas y lo sepas transmitir a los demás”.

¿Cómo ha sido su relación con la audiencia?

A.Y.E.: “En mi caso siempre excelente porque existe un respeto genuino con el auditorio y eso lo demuestro al esforzarme en mi trabajo”.

R.G.: “Algo básico que aprendí de un maestro era que detrás de la radio hay personas que saben más que yo, al igual que no salir del estilo de la empatía como una forma de crear un lazo con el auditorio y tratarlo como lo que es. Para la radio son clientes y te dan la pauta, más o menos, de lo que necesita y quiere como radio. Por lo tanto, tienes que cuidar a la audiencia. Mientras tú estás al aire permaneces, no se debe creer que por tener fama durante diez o quince años vas a permanecer veinte o treinta, sino que debes tener ese cuidado muy especial para no caer en esa confusión”.

-¿Han intentado censurarlos?

A.Y.E.: “Llegó una nueva gerente, con nuevas ideas y roles de trabajo. Supuestamente, esa gerente no iba salir al aire porque no le interesaba. La situación fue que me puse “La Potranquita”, y ella fue la primera en salir al aire con un programa justo en mi horario para que le manejara el control de la consola y se puso “La Potranca”. Al ver esto, se lo comenté y eso no le gustó porque se sintió como “descubierta”. Después, cuando terminaba de estar al aire empezó a acosarme laboralmente. Así que, un día le dije que solo me comprometía a manejar la consola”.

R.G.: “Bueno, en lo personal nunca se censuró el trabajo. Sinceramente, en las estaciones de radio suceden dos cosas: Hay gerentes que ni siquiera saben la Ley de Radio y hay otros que ni conocen el Contrato Ley que marca la radio. Entonces, el trabajador está entre dos corrientes, la empresa y el sindicato. Algunos locutores son censurados cuando la mano de la empresa entra censurando algo del trabajo o de su estilo, incluso algo que propongan. Si tú llegas a proponer algún programa y a ellos no les conviene o les afecta pues te censuran. También, sin conocer tu trabajo, se les ocurre censurarte y te dicen que la locución es exclusiva para los locutores; pero el Contrato Ley de la radio señala que sí puedes grabar porque eres personal de la radio y eso te ampara. No obstante, hay casos en los que el locutor se decepciona y le baja un poco a su género y trabajo, y por otro lado hay locutores que llegan a renunciar porque no aceptan la censura”.

-¿De qué forma creen que ha cambiado la radio en los últimos 20 años?

A.Y.E.: “No sé si será por cuestión de gustos, pero como persona que ha estado dentro del medio he notado muchos cambios y no para bien, eso lo detecto en los contenidos. Siento que están saturando la programación con muchos locutores jóvenes que, a pesar de tener muchas ganas de hacer radio parecen mal asesorados. Deben prestar atención en el vocabulario y en la elaboración del contenido. En estos tiempos, no utilizan guion, no tienen la “chispa” y no me laten tanto. Entonces ha ido decreciendo la calidad de los contenidos de la radio y el manejo de las cosas políticas en los noticieros tampoco me atrae porque hay mucho amarillismo y si creen que así debe ser el programa pues no me da ganas de oírlo”.

R.G.: “Es más fácil visualizarlo desde el punto en que se escuchan las cosas más improvisadas al aire porque no hay formación en locución. Fue interesante que el Gobierno quitara las licencias de locutor y al quitarlas lo único que generan son “huecos”. Es decir, que se escuchan producciones no muy preparadas, ya no se cuidan tanto los géneros, ya no hay tanto programa cultural, etcétera. Un error en todo esto es que se dejó de formar y ahora todo se escucha “al vapor” como improvisación vana y la clásica canción de radio. Se ha vuelto muy simple y no está la radio interesante que se escuchaba antes”.

-¿Porque crearon un grupo de talleres de radio y locución?

R.G.: “Para transmitir el conocimiento que llevamos de años en la Radio a las nuevas generaciones. Nace esa idea de ver a los chicos con ese entusiasmo e ímpetu que llegaban a los medios y no sabían cómo tomar el micrófono, se volteaban, no entendían las instrucciones, no sabían cuando era un corte comercial ni cuando íbamos a música. A mí me dolía el estómago ver a los muchachos hacer lo que querían en la estación de radio. Por esta razón, hice una propuesta de capacitación al lado de Ana Yancy: Crear los talleres y compartir esa experiencia, lo cual ha funcionado muy bien”.

A.Y.E.: “¿Sabes qué? Los chavos tienen mucha energía y muchas ganas de hacer radio aunque digan que ya pasó de moda y por el rollo de la fama, pero aun así quieren estar en la radio. Cuando se enteran de los talleres de radio Xalapa, nos llaman y les decimos de qué son, al final aceptan tomarlos. Más que nada, nos movió el deseo de que aprendan en uno o dos talleres lo que aprendimos en veintitantos años, porque las empresas no te capacitaban tanto. Esto nos ha traído buenos resultados y hay muchos que están encantados de la experiencia en sus talleres aprendiendo”.

-¿Creen que falta algo por hacer por locutores que están emprendiendo su camino?

A.Y.E.: “Las ganas tienen, pero creo que necesitan prepararse. Recomiendo que contacten a los locutores mayores que ellos y los asesoren, que respeten al auditorio, que sean empáticos y si pueden contactarnos para tomar los talleres, son más que bienvenidos. También que toquen temas humanos y que no saquen toda la información de la tecnología como Google”.

R.G.: “Yo creo que les hace falta ser más arriesgados, y encontrar un estilo. Los insisto a ser auténticos y a crear sin imitar. Digo, la juventud me sorprende porque tiene todo para hacerla que nuestra generación. Por lo mismo, los invito a que sean productivos y creativos”.

-¿Qué les falta hacer en sus capacitaciones?

A.Y.E.: “Tenemos muchos planes, como ahora que estamos en un proyecto de estudio aunque va muy despacio. Por el momento, solo nos dedicamos a los talleres y trabajos de conducción de eventos. Quizás, en el futuro queramos hacer un instituto de radio.

R.G.: “Lo que nos falta hacer es sacar los talleres a otros lugares para que nos conozcan y se interesen los jóvenes que pasan por las universidades y llevar el conocimiento para que desarrollen de forma efectiva el trabajo de la radio con esa empatía y el profesionalismo que debe tener y personalizar la atención a nuestros alumnos en las capacitaciones”.

-¿Cuál es su lema de vida?

A.Y.E.: “No hagas lo que no quieras que te hagan”; “ama a tu prójimo como a ti mismo” y un lema para las empresas que tengo es: “Los peces se pudren por la cabeza y nunca por la cola”.

R.G.: A mí me gusta algo que aprendí en la radio es que para alcanzar la perfección no hay más que practicar, practicar y practicar. Y yo me quedo con eso, para llegar a ser mejor obvio tienes que echar todo eso. A esta edad, me gusta como lema: “vivir y compartir”.

 

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