Un ruso en fotografía ilustrativa.

Carlos Hugo Hermida Rosales

Xalapa, Ver.- Mijaíl Anipkin, profesor de la Universidad de Volgogrado, en Rusia, declaró que la falta de relevo generacional en los mandos gubernamentales fue una de las principales causas que propició el colapso de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS), en la conferencia “El colapso de la Unión Soviética”, que ofreció el miércoles 1 de junio en el Instituto de Investigaciones Histórico-Sociales (IIH-S) de la Universidad Veracruzana (UV).

Acompañado de Michael Thomas Ducey, investigador del IIH-S, Mijaíl Anipkin explicó que la generación que tenía entre 30 y 40 años de edad en el periodo de 1975 a 1985, y que contaba con gran experiencia en diversos ámbitos, no tuvo oportunidad de acceder a las áreas gubernamentales, por lo que el colapso de la URSS comenzó a fraguarse a mediados de los setenta.

El docente manifestó que otra de las causas de la disolución de la Unión Soviética fue la incorrecta implementación de la Perestroika, que era la reforma económica que tenía como objetivo que la sociedad pudiera transformarse para estar lista y contribuir a la creación de un nuevo sistema económico dentro del socialismo.

“La Perestroika fue hecha y dirigida por el Partido Comunista, pero las reformas que aplicaba no lo incluían, lo cual trajo consecuencias en la economía y la sociedad que aceleraron la desintegración de la URSS”, enunció el catedrático.

El también Doctor en Sociología aseveró que otro elemento importante para esta separación fue la abolición de la supremacía del Partido Comunista en el país, al anular el sentido de que dicho partido era el máximo rector de la sociedad soviética y se produjeron problemas tanto en su interior como al exterior.

La derogación de la supremacía comunista planteó problemas a varias personas que estaban preparadas para gobernar, y hubo muchos cuadros del partido que presionaron a Mijaíl Gorbachov –dirigente de la URSS– para que recuperara el predominio de éste, petición a la cual se opuso y trajo consigo una gran tensión.

El docente añadió que además de ese problema interno, esta decisión acarreó otro mayor: el Partido Comunista era el organismo que controlaba la Unión Soviética, la cual no era una nación sino la unión de 15 repúblicas muy distintas, por lo que con la pérdida de supremacía de éste, se hizo muy difícil el gobierno.

Mijaíl Anipkin aseguró que la Rusia actual no se parece en nada a la Unión Soviética, y que aunque muchos politólogos aseveran que su forma de gobierno intenta imitarla, esto es mentira.

“Mientras la URSS tenía una clara tendencia marxista-lenista, hoy existe una mezcla de ideas que incluye el zarismo; el Estado soviético era laico, mientras el Estado ruso está dominado por la iglesia ortodoxa, y mientras el primero incluía un discurso internacionalista, en el segundo hoy en día el nacionalismo es un fuerte elemento”, concluyó el profesor.

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