Rúbrica

¿Ingenuidad, simulación o engaño?

Por Aurelio Contreras Moreno

Si en algo ha quedado a deber el actual Gobierno del Estado de Veracruz es en materia de seguridad pública y combate a la delincuencia.

Tanto por lo que se prometió en campaña como por la propia expectativa generada alrededor de la experiencia de Miguel Ángel Yunes Linares en ese tipo de tareas, acumulada durante toda su trayectoria en el servicio público, al final los resultados ofrecidos a los veracruzanos han sido no sólo pobres, sino decepcionantes.

Amplias franjas territoriales de la entidad veracruzana siguen en manos del crimen organizado. Viajar por varias de las carreteras del estado a ciertas horas implica tomar serios riesgos de sufrir violentos asaltos. Los secuestros y extorsiones son comunes, así como los asesinatos, los robos a casa habitación y a comercios, las violaciones, los feminicidios y otros múltiples delitos de los que la prensa local da cuenta todos los días, de norte a sur de Veracruz.

De hecho, una de las promesas incumplidas que más se le ha recriminado al gobernador en funciones es que durante la campaña de 2016 aseguró que solucionaría el problema de la inseguridad en seis meses. Han pasado 17, y su inamovible secretario de Seguridad Pública, Jaime Téllez Marié, ya hasta llora en público porque no ve la hora de que lo dejen ir, pues claramente no ha podido con el paquete.

Es pues la inseguridad el flanco más débil del régimen que pretende mantenerse en el poder a través del hijo del hoy gobernador, el candidato de PAN-PRD-Movimiento Ciudadano, Miguel Ángel Yunes Márquez. Tanto así, que al arranque de su campaña ha sido ése su tema central.

Durante su primera semana de actividades proselitistas, Yunes Márquez ha enfocado su mensaje político hacia esta área e incluso presentó una propuesta de Plan de Seguridad para la entidad, en el que destaca la oferta de “implementar una profunda reforma policial, con la creación de la Nueva Policía Veracruzana, que unificará las corporaciones de seguridad estatales y municipales, bajo un mando único”.

Junto con ello, el candidato panista ofrece “garantizar la seguridad en lo inmediato, con la presencia del Ejército y la Marina, junto a la Policía Federal y la Gendarmería Nacional en el estado, para que continúen apoyando en la tarea de seguridad pública”; “priorizar las labores de inteligencia, modernizando la infraestructura y tecnología para la prevención y el combate a la delincuencia”; y “consolidar, a través de acciones y programas, la cultura de la prevención del delito con la más amplia participación ciudadana”.

Los dos últimos ejes de su plan son los conocidos lugares comunes del tema de la seguridad que se plantean en toda campaña electoral. Mientras que en el caso de la participación de las fuerzas armadas y las corporaciones federales, se trata de una mera continuidad de lo que ya sucede.

Sin embargo, al menos discursivamente, la propuesta de unificar las corporaciones de seguridad estatales y municipales bajo un mando único se contrapone con lo que, también en el discurso, se ha propuesto la administración que encabeza su padre, que desde que asumió el cargo se inclinó por la creación de mandos mixtos en los que cada ayuntamiento se haga cargo de la seguridad de sus demarcaciones, lo cual hasta ha utilizado como arma para presionar políticamente a los gobiernos municipales que no le son afines.

¿Miguel Ángel Yunes Márquez considera que la estrategia de seguridad de Miguel Ángel Yunes Linares es errónea y por eso quiere cambiarla? Se antoja difícil. Aunque no hay que olvidar que no hace mucho el candidato panista declaró que era una “ingenuidad” pensar que podía resolverse el problema de la inseguridad en seis meses.

¿Se tratará ahora también de una ingenuidad, de una calculada simulación para marcar distancia de su padre o de un nuevo engaño a los veracruzanos?

Es pregunta.

 

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