Fachada del Poder Judicial, fotografía ilustrativa tomada del Palabrasclaras.mx

 Juan Manuel Herrera Sosa /

Es fácil señalar una institución de corrupta sin tener pruebas, más cuando existen en el ánimo social profundos sentimientos de coraje resultado de años de injusticias, abusos y atropellos a los derechos más fundamentales de la gente.

Sin embargo, cuando una institución, en este caso el Poder Judicial del Estado, es lento, caro e ineficiente, por decir lo menos, existen sospechas fundadas de que las cosas no están siendo como deberían, CORRUPCIÓN no sólo significa robarse el dinero público, sino también dejar de conducirse como las leyes señalan o anteponer intereses personales por encima de los públicos.

¿En qué ha beneficiado el Poder Judicial del Estado al mejoramiento de las condiciones de vida de los veracruzanos?, generalmente y salvo casos muy concretos, a nada, es más, cuando tienen la oportunidad de consolidarse como un poder independiente, que en ideas del filósofo alemán Lowenstein- efectivamente sea el contrapeso necesario para el equilibrio político del Estado, parecen más inclinados a prestarse a la complicidad.

Esto viene a colación por lo recién sucedido sobre ex servidores públicos que obtuvieron libertad condicional para seguir sus procesos desde la comodidad de sus mansiones, yates, hoteles de lujo y demás… ¿qué hace a una jueza cambiar su criterio de forma tan radical sobre el mismo asunto? ¿Por qué hoy lo que es blanco mañana se convierte en negro? Para mí, no tiene otra explicación a que se presta a intereses bastante cuestionables, y más cuando en medio hay un cambio titular en el Poder Ejecutivo, se ve mal y se entiende peor, prestar la justicia a intereses políticos y prestarse a componendas sólo denigra la institución y afecta a la sociedad.

Otra vez sólo nos quedamos viendo cómo allá arriba, ellos, todo lo pueden y nada lo deben, es insultante que se les abra la puerta de par en par y verlos salir de la cárcel así, a carcajadas, desfachatez absoluta cuando dispusieron del dinero público como su alcancía personal y dejaron de hacer para lo que fueron elegidos, ¿qué le demuestra el Poder Judicial del Estado a la sociedad? que es más fácil obtener beneficios indebidos y fáciles sin responsabilidad posterior que trabajar con base en el esfuerzo legal y ético, siempre observando la ley, como siempre el gran problema de nuestro estado y de nuestro país, la IMPUNIDAD.

Imagínese ganar 150 mil pesos al mes, más de 30 veces el salario promedio para la población ocupada en el Estado de Veracruz, según cifras de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social Federal, pues eso es lo que ganan los señores Magistrados -sin meternos a negocios ilegales que se hacen en Presidencia con adjudicación de contratos y en algunas ponencias con ventas de resoluciones- y entregan estos resultados, insultante e injusto, basta darse una vuelta por cualquier restaurante de lujo a las 11 de la mañana en Xalapa y encontrárselos desayunando como reyes o a las 4 de la tarde en sus oficinas sin señal mínima de su existencia, pero eso sí, con miles de expedientes de rezago, sus vales de comida y gasolina siempre al día y sus bonos por su “compromiso” y trabajo al día, claro está, no puede generalizarse, pues existen muy honrosas excepciones principalmente de la vieja guardia que son todo un ejemplo a seguir, ahí están las consecuencias de haber designado a la novia o al compadre al frente de una magistratura. Habría que preguntarle a un campesino cortador de caña de la cuenca o a un pescador de los puertos del norte de Veracruz que sólo ganan para subsistir ¿qué piensan al respecto? O no vayamos tan lejos, al mismo personal de apoyo de los juzgados, Consejo de la Judicatura y del Tribunal Superior, oficiales, secretarios, actuarios, personal de apoyo administrativo, que en ocasiones tienen que hasta poner de su bolsa además de trabajar sin descanso para sostener las condiciones de vida de los altos mandos, ellos, son los verdaderos artífices de que exista algo de impartición de justicia en Veracruz, y aun así son abusados y perseguidos, imaginar que tienes una vida de servicio en la institución y por cambio del titular vas para afuera porque el señor requiere espacios para “acomodar” a su gente, indignante.

Cuando los titulares integrantes del Poder Judicial del Estado entiendan que son servidores públicos y que no hay que ser un Doctor en Astrofísica para entender que esto significa servir a la sociedad, puede que las condiciones en que la justicia se administra en Veracruz cambien para bien, obtener una sentencia y que se cumpla debe dejar de ser un viacrucis.
Hay que recordar que comer saludable, obtener educación y servicios médicos de calidad, así como tener trabajo y hogar digno -por decir lo básico-, son derechos reconocidos no sólo en nuestra Constitución, sino en tratados internacionales suscritos por México, un buen gobierno y la obtención de justicia completa, también lo son, los jueces y magistrados no nos harían ningún favor en hacer su trabajo bien, de buenas y apegados a la ley. Es sencillo, el artículo 17 de nuestra Constitución Federal señala que toda persona tiene derecho a que se le administre justicia mediante tribunales creados para tal fin y que la justicia debe ser pronta, completa e imparcial, además de gratuita, ¿qué esperan?
Basta de los salarios y jornadas de rey, basta de privilegios sin sentido, basta de prestarse a intereses con tal de obtener prebendas, basta ponerse a modo del Ejecutivo del periodo, basta de atropellar a las personas que en realidad sacan el trabajo adelante, la sociedad estamos hartos de ellos y para muestra los cambios recientes en nuestros gobernantes (a quienes también estamos observando).

El día que en Veracruz los servidores del Poder Judicial se comprometan a servir a la sociedad, estoy seguro que la cara de la institución cambiará y los resultados se harán concretos y tangibles, es necesario recuperar la confianza del Poder Judicial para la sociedad.

Twitter @juanmanuelhs

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