Miguel ángel Yunes Linares durante su mensaje ofrecido en Veracruz.

Mario Mijares

Existen dos formas de legitimarse, una es a través de la ética política, y la segunda por medio de la locura del poder.

1.- En números cerrados, Miguel Ángel Yunes, tiene el 40% de aceptación y en contra el 60%, en donde la mitad de ellos, simpatizan con el Partido Revolucionario Institucional, y la otra con el Movimiento Regeneración Nacional. Frente a la realidad electoral, aunque ésta sea incongruente por donde se le analice, ya que se basa en la igualdad democrática, misma que es perversa por esencia. No obstante, el triunfador de estas elecciones, ya es legalmente el gobernador electo, pero eso no quiere decir que sea reconocido por la mayoría de los veracruzanos.

La legitimación política es el reconocimiento mutuo entre la autoridad y la mayoría de la población. Es decir el gobernante tiene que aceptar a los gobernados, así como la mayoría de éstos, al gobernador. En el caso de no ser así ¡No hay legitimación! Es preciso que no se confunda con la legalidad que le dieron en el papel, y que por desgracia muchos la confunden.

2.- En México en los últimos años, hubo dos casos de ilegitimidad. La de Carlos Salinas de Gortari y la de Felipe Calderón. Los dos desafortunadamente, recurrieron a los medios represivos del Estado, en el que desde inicio se protegieron con el ejército con la idea de atemorizar a la población, y con ello hacerse respetar, para ser reconocidos. Habrá que recordar que Salinas, en los primeros días de su mandato envío a los militares para apresar Joaquín Hernández Galicia, más conocido por el apodo de -La Quina-, dirigente del sindicato de los petroleros en ese momento histórico. Más tarde con los recursos de las mil doscientas cincuenta empresas públicas vendidas, Salinas inició un derrame de programas sociales, fue así como logró sostenerse e incluso deslumbrar al final del sexenio a muchos que se aprovecharon del flujo económico.

En el caso de Calderón, se recordará que fue definido con el calificativo de “presidente ilegitimo”. El mismo día que le cruzaron la banda presidencial al tiempo que era repudiado por la mayoría del Congreso, se fue a refugiar con los militares al Campo Marte. Ya en el Auditorio Nacional, protegido por sus familiares y partidistas, sacó a flote su complejo de estatura física y mental. De esa manera todo su sexenio mantuvo a las fuerzas armadas en la calle, incluso él erigió un ejército pretoriano justificándolo para la “guerra al narcotráfico”.

3.- Fidel Herrera Beltrán, a nivel local, también llegó totalmente ilegitimado, pues perdió las elecciones, y por tanto hubo que negociar con Buganza y el PAN, para que más tarde, ya legalmente le dieran el triunfo. La manera sui generis de legitimarse, fue y sigue siendo, -el dinero en efectivo-, ya que todo el tiempo traía en los bolsillos billetes de baja nominación, y al sujeto que se acercaba le daba su obsequio, -incluso ahora en las recientes votaciones, se ve en un video que le entrega dinero a una señora con un niño en brazos-, el caso es que un buen número de hombres y mujeres recibieron sus dadivas. Algunos seudo/críticos todavía expresan: “por lo menos Fidel repartía, pero el gordo todo lo quiere para él.”

4.- La pregunta para Miguel Ángel Yunes es: ¿Cuál será la estrategia del gobernador electo para legitimarse? Al parecer de manera inteligente, ya dio el primer paso al visitar hospitales y escuelas. El salir en los medios desde la azotea de un hotel en el Puerto de Veracruz, y a sus espaldas un edificio que es auténtico símbolo de esa ciudad, hoy cohabitada por personal de PEMEX. Ese día envío un mensaje político y otro de esperanza. En el de anhelo, habló de la necesidad de; “sumar voluntades”, de gobernar para todos los veracruzanos; de que habrá transparencia en las finanzas y la de superar la crisis”.

En el discurso político, primero –reconoció- a Enrique Peña Nieto, pero con la condición de que el Ejecutivo -lo reconozca a él y a su gobierno.- Quizás lo más fuerte y peligroso de su arenga, fue cuando habló del “imperio de la ley”, ojala y se halla escuchado el mismo, y modere tal expresión, pues si de algo se le acusa es de tirano,- habrá que cuidar más el discurso-. Por cierto, la disertación del domingo en la Plaza Lerdo, no tuvo ningún contenido político, le ganó la emoción.

Lic. M. A. Yunes, hay un viejo adagio que señala; “guerra avisada no mata soldado”. Quizás la manera más rápida de legitimarse, – ya sin declarar tanto-, una vez gobernador, demandé juicio político para Javier Duarte y a su equipo de trabajo. Tendrá únicamente 365 días para llevarlo a cabo. Habrá que tener cuidado con las reformas a la Carta Magna, le recomiendo leer el Art. 108, sobre los efectos de responsabilidad, a los servidores públicos y a los representantes de elección popular (…) A los ejecutivos de las entidades federativas, los diputados (…) en la Constitución local, respecto al Juicio Político, en el titulo quinto, cap. I art. 76, en relación a las responsabilidades del gobernador y servidores públicos, sobre todo al Contralor General. Será sencillo el resultado pues el PRI tiene minoría en el Congreso local. El poder legislativo será el vehículo para enjuiciarlo.

5.- Ahora bien, hay dos salidas o bien entradas para lograr la legitimación; a) la ética política o bien b) el uso de la locura del poder. Hasta hoy día, algunos analistas podrían preguntar de que ética estoy hablando, y puedo decir que hay una sola, la clásica, nada menos que la que retoma Aristóteles de todos los sabios que lo antecedieron.

Nadie puede negar que vivimos una etapa salvaje llena de egoísmos, pero no hay que espantarse, son las mismas pasiones de todos los tiempos históricos en la que se encuentra montado el hombre. Pero también es real, hay hombres quienes se consagran a la vida política y evitan las desviaciones que tienen que ver con el campo político. El cual tiene como objetivo la de buscar el bienestar del pueblo. La felicidad constituye el fin de dos ciencias y artes correlativos de la ética y no menos que la política.

a) En la ética política, el hombre con autoridad antepone los intereses de sus congéneres al suyo propio, siempre y cuando la esencia del gobernante no sea la perversión de la ganancia y e-l apego a la ley-. De ahí mi crítica al “imperio de la ley”, pues las fechorías y codicias amparadas en ésta son todavía más siniestras.

b) La legitimación a través del poder, deja de lado toda ingenuidad del registro ético, para utilizar todas las herramientas de la tiranía, con el objetivo de defender la opulencia de una sola clase, -la adinerada-. Pero también sirve para perseguir maniáticamente el propio provecho individual. Es el utilizar la fuerza, logrando con ello, que el poder de la avaricia sea el símbolo y divisa diabólica del dinero. Así es como históricamente se ha comportado el tirano, son ellos los profetas del poder -en la que está Hitler a la cabeza-.

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