Elementos destacados del nuevo billete de $500 pesos. Fuente: www.banxico.org.mx

Dr. Emmanuel Márquez Lorenzo
Presidente de la Asociación Numismática de Xalapa, ANUMXA AC

José Antonio Gómez Hernández
Secretario de la Asociación Numismática de Xalapa, ANUMXA AC

El día de ayer lunes 27 de Agosto de 2018, se realizó la presentación del primero de una nueva familia de billetes que entrará a circulación en nuestro país, emitido por el Banco de México. El evento en el cual se dio a conocer esta pieza, elaborada en papel algodón y que ostenta la denominación de $500 pesos, se llevó a cabo en la Ciudad de México, dentro de las instalaciones del Museo Interactivo de Economía. En este sitio y una vez concluida la presentación, los asistentes pudieron adquirir al cambio estos ejemplares, según comenta el compañero Jesús Amín Tejas, miembro de la honorable Sociedad Numismática de México.

La nueva familia de billetes, de acuerdo con el Banco de México, será presentada paulatinamente, uno cada año, siendo las próximas denominaciones como se señala a continuación, de acuerdo con información presentada por el portal de El Financiero: en 2019 el de $200 pesos, en 2020 el de $1000 pesos, en 2021 el de $100 pesos y en 2022 el de $50 pesos, además de que existe posibilidad también de emitirse un billete de $2000 pesos, el cual, puede pensarse en relación con la lógica de las presentaciones, sería anunciado para el año 2023 o el 2024. Esto, cabe destacar, omite la presencia de otro circulante en papel moneda para la denominación de $20 pesos, cediendo, con el paso de los años, a intensificar el uso de las monedas de denominación homónima.

Entre las marcas de seguridad ya conocidas que muestra el billete presentado se encuentran las siguientes: marca de agua (que para el caso muestra el rostro de Benito Juárez y el número 500 visto a contraluz), cuyo origen se remonta al 29 de Junio de 1979, cuando aparece por primera ocasión en un billete con denominación de $500 pesos también, pero con la imagen de Francisco I. Madero en el anverso. En este mismo ejemplar, cabe destacar, se muestra por vez primera un cintillo de seguridad vertical, el cual está presente también en el homónimo presentado el día de ayer.

Después del billete de $500 pesos de Madero del año 1979, este cintillo permanecería en las denominaciones de $1000, $2000, $5000 y $10000 pesos. En lo que respecta al “hilo dinámico” de la nueva pieza notafílica, es rastreable su origen a partir de la llegada del nuevo milenio, en billetes de $100 y $200 pesos de la octava emisión. En cuanto al folio creciente, se notan especímenes con esta característica desde hace al menos 6 años, en billetes de $50 pesos de polímero.

El billete de $20 pesos con la imagen de Benito Juárez, por su parte, ha sufrido de varias transformaciones desde que fue presentado a la sociedad mexicana. Se emitió por primera vez un 10 de Diciembre del año de 1992, con la leyenda “nuevos pesos”, tras el brusco cambio que habría sufrido la economía de la época. Para el 6 de Mayo de 1994 deja de figurar con dicha expresión y para el 17 de Mayo del año 2001 pasa a convertirse en un billete de polímero.

¿Pero qué refleja en sí el cese en la producción de un billete de $20 pesos y la futura emisión de otro, de $2000 pesos, pre planeada para algún momento al finalizar un sexenio que aún no comienza? Pues bien, no está de más relacionarle con la puesta en marcha de la retirada de circulación en meses recientes de piezas fraccionarias: las de 10, 20 y 50 centavos (y la ya desaparecida y poco útil pieza de 5 centavos en el año 2002). Y esto no es una buena tendencia si observamos que la devaluación del peso mexicano y la inflación mantienen el poder adquisitivo de nuestra moneda en una línea decreciente permanente y progresiva en las últimas décadas de nuestra historia. Es posible, en todo caso, que se esté vislumbrando de manera pesimista -e implícita- la continuidad y permanencia de estos fenómenos a futuro. Y es que hace apenas 10 años también había visto la luz por vez primera el billete de $1000 pesos, el cual, cabe decir, poco se ve en circulación entre quienes somos asalariados y clases medias y bajas, además de que esta misma situación hace prácticamente imposible e inadecuada su adaptación en ciertos contextos, en los cuales no se puede pagar con ellos simplemente porque el dinero no alcanza para otorgar cambios.

Moneda de 1 peso del año 1866, con la imagen de Maximiliano de Habsburgo. Fotografía: Emmanuel Márquez Lorenzo

Por su parte, el reverso del nuevo billete ilustra un área costera de Baja California, en la cual se observa a un par de ballenas grises nadando sobre pastos marinos. De acuerdo con la lógica de los nuevos juegos de billetes (del cual el de $500 es la “punta del iceberg”), se pretende que en todos figuren elementos de flora y fauna característicos de nuestro país. En lo que respecta a la fauna, se considera, aparte de la ballena gris, incluir al ajolote en el de $50 pesos, a la mariposa monarca en el de $100 pesos, al águila real en el de $200 pesos, al jaguar en el de $1000 pesos y al murciélago magueyero en el de $2000 pesos, en caso de emitirse. De manera correspondiente a las denominaciones mencionadas, se encontrarán elementos de flora: el maíz, pinos y/o encinos, sahuaro, ceiba y zapote y el agave.

Esta tendencia a representar animales en los billetes ha sido ya observada en otros países del continente americano como Argentina en el año 2017 (de lo cual hubo críticas entre sudamericanos por sustituirse a personajes relevantes de la historia por “simpáticos animalitos” y Venezuela hace ya algunos años también. No obstante, en países del continente africano, esta inclusión de elementos de flora y fauna característica lleva ya más tiempo en el papel moneda.

El nuevo billete tiene, entre otras características, por el anverso o cara principal: el rostro de Benito Juárez en la parte central derecha, muy similar a aquél que se observa actualmente en la denominación de $20 pesos, así como una escena contigua en la contraparte izquierda. Ésta última en representación de la entrada del benemérito a la Ciudad de México tras la restauración de la República, la cual es tomada de un grabado de Alberto Beltrán, de acuerdo con lo que publica El Universal en su portal de noticias.
Esta época de la historia de nuestro país, cabe destacar, es conocida en la numismática como Segunda República, y se refiere precisamente al restablecimiento de la misma, después de haber gobernado entre 1864 y 1867 Maximiliano de Habsburgo, personaje que a juicio de muchos, no ha tenido el lugar que merece en la historia de nuestro país. Vale la pena recordar, pasando a otro tema, que es precisamente Maximiliano quien introduce el sistema decimal en México. Esto a pesar de que su introducción había sido pretendida por Comonfort mediante un decreto en el año 1857, y por Juárez en otro para 1861, de acuerdo con Víctor Manuel Ramírez Yarza, autor de El Peso Mexicano.

Moneda de 1 peso de época juarista, del año 1872. Fotografía: Emmanuel Márquez Lorenzo

La restauración de la República, no obstante, no trajo consigo un auge comercial y económico para México. Con la nueva llegada de Juárez al poder se introducen otros diseños a la moneda mexicana, quedando fuera el peso introducido por Maximiliano, pero también las piezas de 8 reales que habían tenido resonancia mundial durante siglos. Lo único que permanece en la moneda juarista es la denominación de un peso, dentro de una pieza simbólica que lleva por reverso una balanza en donde se cruza una espada con un pergamino al frente y sobre la cual se deja ver un gorro frigio con rayos de luz en el que figura la leyenda “libertad”. Esta pieza fracasó por romper con los cánones tradicionales de la acuñación en México, además de ser reducida en tamaño en comparación con las monedas anteriores, lo cual ocasionó desconfianza en los países donde circulaba el dinero mexicano (el cual, cabe decir, se paseaba y aceptaba internacionalmente en aquella época).

Esto último tiene concordancia para comprender el momento que está atravesando nuestro país políticamente hablando, debido a que es bien conocido por todos la idolatría que de Juárez tiene nuestro nuevo presidente electo. Esperemos que al tener al rostro del benemérito un billete de más alta denominación, no suceda con el dinero mexicano un desprecio simbólico como hace ya 150 años sucedió con la moneda de la balanza que introdujo Juárez con el restablecimiento de la República, que condujo a “un rotundo fracaso en el mercado internacional”. Al respecto, gran parte de la comunidad numismática ha manifestado opacidad ante la llegada del nuevo billete, del cual, hace unos meses (cuando se dio a conocer de manera informal en otros medios en redes sociales) se pensaba que era un collage. Esperamos no se preste su uso con el de $20 pesos a confusión y deshonra, y que tampoco marque el inicio de más pobreza para las clases no pudientes de nuestro país…

1 COMENTARIO

  1. Es muy crítico el artículo. Deja pensado en un garimatías de corte conspiracional. Efectivamente se pretende engañar al mundo con una economía fuerte al emitir billetes de 1000 y 2000 pesos. Lo real es que esas denominaciones son un fracaso en la economía interna. Lo verdaderamente válido y valioso es la plata o el oro. Esas monedas tendría un valor mundial tal y como lo tuvieron muchas monedas de plata mexicanas, aun si le pusieran de símbolo ”heces antrópicas» su valor es real. Lejos del valor artístico, numismático o sentimental… Existe el valor del material. AMLO ME SIGUE IMPRESIONANDO POR SU AGUDEZA POLÍTICA.

    Facebook: Adonai Onomaturgen
    Antropólogo con especialidad en Arqueología.

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