Niza Rendón Flores.

“Palabras de una artista sobre el teatro”

Por Jorge Daniel Tejeda Palafox

 

Para ti, ¿qué es el teatro?, le pregunté a Niza. “El teatro es este punto de encuentro entre un actor y un público donde comparten, conviven, se comunican. Uno quiere como actor interpretar y comunicar algo al espectador. Creo que cada intención que se pretenda es válida siempre y cuando se tenga claro para que asiste al teatro”, contestó.

Conocer del teatro es adentrarse a otro mundo, uno puede pensar que es un escape de la realidad monótona que vivimos. Tuve el honor de sostener una entrevista con una artista cuyo recurso de trabajo es la emoción transmitida en escena. Esta charla sirvió como “puerta” para conocer más allá de la profesional, es la exploración de experiencias, pensamientos y sensaciones que están dentro de la actriz y en su dimensión humana, además de la situación que vive el teatro xalapeño en esta época par así reflexionar al final sobre su importancia a nivel social.

Sobre la artista

Niza Rendón Flores ingresó a la facultad de Teatro en el año 2008 para cursar la licenciatura. Posteriormente, realizó sus estudios de maestría en Psicoterapia Gestalt ofertada por el Centro de Estudios e Investigación Guestálticos (CESIGUE).

Al no conformarse con eso, tomó talleres, cursos de actualización en el ámbito escénico y en diferentes ramas como la escenotecnia y el diseño escénico. “También me he adentrado mucho en el ámbito empresarial tomando talleres de finanzas, de administración, de PYMES y de emprendimiento, lo cual es una línea totalmente diferente”, añadió.

Trayectoria profesional

Al cuestionarle sobre todos los trabajos en los que ha participado, Niza dijo que no tiene un número exacto pero que lo puede comprobar en un extenso currículum vitae en el cual se encuentran anotados todos sus proyectos como actriz, directora, asistente, diseñadora, etcétera. desde que egresó de la licenciatura.

El primer contacto con el teatro y la decisión definitiva de estudiar teatro
Debido a que eso fue hace mucho tiempo, Niza contó que cuando tenía unos 3 o 4 años, vio su primera obra de teatro en el J.J. Herrera, “era una obra de títeres de la cual mi mamá comenta que se llama “Estridentópolis” o algo así”, recordó.

Alrededor de los 12 años, se le ocurrió la idea de estudiar teatro gracias a unos talleres en los que fue inscrita. En tercero de secundaria, cursó el módulo de teatro en la materia de Artísticas y una de sus tareas fue presentar una obra de teatro por equipos, “una con títeres y otra con actores de las cuales yo escribí las dos obras, las dirigía y organizaba a mi equipo diciéndoles que hacer, proceso que disfrutó mucho y empezaba a definirse por esa línea. Explicó que “me metí a los talleres de aspirantes de la Facultad de Teatro para ver si realmente lo que yo quería, y ahí fue donde terminé de tomar la decisión en tercer semestre de la prepa”.

Géneros teatrales

Señaló que la cuestión de géneros es un tema muy complejo, ya que no existe un género puro. Antes sí había una pureza con respecto a ellos; los cuales son tragedia, comedia, tragicomedia, farsa, melodrama, pieza y género didáctico. Son siete géneros que se manejan con los autores que tienen cada uno sus propias características y elementos. Con la dramaturgia contemporánea no se respetan tal cual como son, entonces se les consideran como combinaciones de varios elementos, “que más bien me iría por líneas temáticas o anecdóticas en el sentido de que son obras que hablan sobre un tema en particular”, resaltó. Es algo complejo meterse con un género como tal porque tiene elementos muy precisos para afirmarse que se trata de una tragedia o una comedia, por ejemplo.

Lo que un artista de teatro debe hacer

Dependiendo de la obra, ha tenido que trabajar con personajes que demandan experimentar emociones muy intensas, lo que origina un desgaste físico y emocional en el momento de la función. Aclara que “tienes que involucrar energía, estar consciente de lo que tienes que hacer, donde parar, que decir, observar a los otros, estar recibiendo la reacción del público, concentración para ubicar como llevar a cabo tus personajes”.

Comentó que ha trabajado con directores exigentes. No obstante, ha sabido cómo adaptarse a sus órdenes, “trato de estar abierta a guiar o dejarme guiar de acuerdo a sus lineamientos”, esto le ha dado la virtud de poner muy en claro la visión de sus montajes como directora.

A través de la experiencia, los actores desarrollan y potencian una sensibilidad diferente a la normal, esto es posible cuando “tienes que entender los procesos de las personas; por ejemplo cuando tienes que abordar un personaje no lo puedes encasillar”, señaló. Es entender el porqué, “ponerse en sus zapatos” (tener empatía) e investigar más allá de lo que se ve.

Retos como artista

Como artista, a Niza le ha tocado participar en una gran variedad de espectáculos. Platicó que cada personaje implica su complejidad, lo que hace que se conecte fácilmente o no con él, “hay obras de las que te enamoras y disfrutas los procesos, pero otras pueden generarte un dolor de cabeza”, apuntó.

El origen de Títere Vivo

La historia de esta compañía se remonta en el año 2007, “como resultado de una convocatoria de un festival de día de muertos en Xalapa”, apunta. Contó que el grupo estaba conformado por cinco o seis personas entre ellas Joel Vences, como director y Jonathan Barrales, uno de sus fundadores. Con el tiempo algunos integrantes abandonaron al grupo por proyectos personales, quedando ellos dos. Rendón se integra y juntos se dedicaron a desarrollar nuevos espectáculos, al igual que la creación de un repertorio para la promoción de la compañía. Rendón narró que Barrales renunció al grupo en 2017 y en abril de 2018 Vences toma su rumbo a Tijuana, decidiendo sobre el destino del grupo al crear dos sedes en Tijuana y Xalapa, quedándose a cargo de la sede Xalapa y Joel la de Tijuana.

Reflexiones personales sobre el panorama del teatro xalapeño

Mencionó que el teatro xalapeño debe saber cómo llegar al auditorio y para esto se requiere de una buena promoción, un buen trabajo y una diversidad de espectáculos para el público en general debido que muchas veces puede presentarse el problema de hacer teatro para teatreros, es decir, que solo están enfocadas a personas del gremio artístico.

Cree que hay gente interesada en el teatro. Sin embargo, puede haber inconvenientes como la falta de información sobre nuevas obras, no saber a cuál teatro ir o predisponerse por el precio o calidad de la presentación.

A través de encuestas, ha podido identificar al público en lo económico y académico. Alega que para algunas personas es complicado pagar una entrada “porque hay gente de zonas, colonias populares de la ciudad que realmente si implica un gasto elevado para su economía asistir a una manifestación artística y puede ser elitista esto pero aun cuando es accesible no lo pueden pagar”, afirma. Por otro lado, ilustró que cierto público paga desde 200 hasta 500 pesos aproximadamente por un espectáculo, “si la gente está dispuesta a pagar eso, entonces pueden pagar 50 pesos por un boleto”. Esto tiene que ver con educar al público a pagar por lo que se produce localmente y que se dé cuenta que hay buen teatro en la ciudad en cantidades asequibles.

En cuanto a la financiación de proyectos teatrales, declaró que cada grupo o compañía lo hace de acuerdo a sus posibilidades, algunas tienen estímulos o becas. Para la creación de espectáculos cada quien ve cómo se las arregla pero en la cuestión de difusión puede representar un problema porque no viene la gente esperada. Por esto, uno tiene que diseñar sus estrategias para que esto se dé lo menos posible. Alegó que la publicidad pagada tiene más beneficios lo que permite divulgar la oferta artística. También dijo que se debe inculcar la idea de pagar el trabajo de los artistas porque con eso se dignifica su labor, “no soy de la idea de cortesías porque entonces sería un servicio” y sería hablar de un “hobby”. En ese sentido, a los artistas les afecta que abaraten o den gratis su actividad.

Satisfacciones del trabajo teatral

Niza comentó que se ha sentido afortunada de ser reconocida por la gente que asiste a sus funciones, menciona que “saber que cambiaste algo en la vida del otro con la obra, creo que son las cosas con las que te quedas, ver que la gente lo aprecia”. Para ella, es importante ser recordada y ubicada por el trabajo que ha realizado antes, lo cual significa que como artista está apuntando para arriba (lo relaciona con la trascendencia).

Sobre la demanda que le pide su trabajo, opinó que “acabo de terminar una jornada muy fuerte pero no llego al punto de sentirme fastidiada o harta por mi trabajo, lo disfruto mucho pero es muy desgastante eventualmente por lo mismo de las exigencias que puede tener”. Expresó el gusto de ser capaz de desempeñar tan especial responsabilidad.

Como conclusión, podemos aprender a sensibilizarnos por los profesionales enfocados a su vocación del teatro, dejando el espectro de la persona común y corriente para conocer a los responsables de dar vida a los personajes que pueden dejar huella en nuestras vidas a través del histrionismo.

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