¿Podrá corregir el rumbo el gobierno de Veracruz este 2020?

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Andi Uriel Hernández Sanchez
Vocero del Movimiento Antorchista en Veracruz

El recién concluido año 2019 no ha sido bueno para los veracruzanos, para millones de personas que esperaban mejores condiciones de vida con el ascenso al poder de un nuevo partido político, pues si bien es muy aventurado calificar al gobierno del Ing. Cuitláhuac García Jiménez como el peor que ha tenido Veracruz, sí es una verdad que hay problemas graves que no han sido atendidos correctamente y que lo reclaman con premura.

La inseguridad, los feminicidios, los asaltos, homicidios y la incidencia de muchos otros delitos se incrementó en sentido absolutamente proporcional al incremento de desempleo y pobreza de miles de veracruzanos; se vive una profunda crisis en el sistema de salud pública estatal, hay falta de medicamentos y médicos y mala calidad de los servicios en general, crisis a la que ahora se viene a sumar la desaparición del Seguro Popular y la puesta en marcha de un deficiente Insabi; no hubo inversión en obra pública considerable en muchas áreas geográficas de la entidad; el gobierno se ha llenado de funcionarios altos y medios con dudosa reputación en el servicio público o bastante inexpertos que tan pronto arribaron al poder decidieron servirse con la cuchara grande, sobran los ejemplos de corrupción, nepotismo y despilfarro de recursos en prácticamente todas las dependencias del gobierno, entre muchos otros yerros.

La actitud que el gobierno asumirá este nuevo año, probablemente fue delineado desde el Presupuesto de Egresos que la legislatura local aprobó el 20 de diciembre pasado, en el que de nueva cuenta con el discurso de la austeridad y el combate a la corrupción se recortó presupuesto a casi todas las dependencias centralizadas y a los organismos autónomos que componen el aparato del Estado, aunque alguno de esos recortes, sin embargo, contravienen los intereses de amplios sectores sociales, por ejemplo, la reducción de más de 16 mil mdp a los Programas de Subsidios y Proyectos de Inversión en el campo, golpeará sensiblemente a los productores agrícolas y se reflejará en la pérdida de miles de toneladas de producción de maíz, caña, cítricos y piña; también hubo recortes a la Secretaría de Educación de Veracruz, por lo que es seguro que el rezago infraestructural que hay en las escuelas no se combatirá; también se contrajo presupuesto a las Secretarías de Turismo y Desarrollo Económico con lo que no se incentivará el crecimiento de la economía veracruzana, por lo que la salida de empresas de nuestro territorio continuará y no se instalarán nuevas, con el consiguiente desempleo de cientos de miles de personas, afectando tanto a empresarios como a trabajadores.

Es cierto que se aumentó el presupuesto a la Secretaría de Seguridad Pública y a la de Salud, sin embargo, en el primer caso aún no es claro cómo, dónde y para qué se está utilizando ese incremento, pues los secuestros, asesinatos, extorsiones, robos, asaltos, etc., siguen siendo el pan de cada día; en el caso de la Secretaría de Salud, no bien había arrancado el año y ya presenciábamos manifestaciones en distintas partes de la entidad, cientos de padres de familia desesperados reclamaban la atención del gobernador por la falta de medicamentos y equipamiento para tratar a niños con cáncer.

También se incrementó el presupuesto para la Secretaría de Infraestructura y Obra Pública, a pesar de que es una de las secretarías que más subejercicio reportó hasta finales del año pasado, pues más del 50% del dinero ( más de 2 mil millones de pesos) con el que disponía para construir obras sociales no había sido utilizado, tal vez esa sea la razón de que el presidente López Obrador, en una reciente visita a la sierra de Huayacocotla, recomendara al gobernador Cuitláhuac García ir a Oaxaca a asesorarse en la construcción de caminos rurales a través de faenas colectivas de los pobladores de las zonas indígenas y mediante el rústico método del pico, la pala y la revolvedora, sin tomar en cuenta que la cultura e idiosincracia de los pueblos originarios de Oaxaca y Veracruz es harto distinta, pues en nuestra entidad son muy pocas las etnias que practican el tequio, es decir, que realizan uno o dos días de trabajo gratuito en favor de la comunidad, por lo que es poco probable que tal medida pueda aterrizarse de manera efectiva.

Esta última orden presidencial, sin embargo, fue interpretada por muchos como una prueba más de que nuestro gobernador es un fiel, poco critico y ciego seguidor del presidente, puesto que se ha mostrado dispuesto a obedecerla, aunque para nadie sea un secreto que es precisamente ese seguidismo a ultranza el que lo ha llevado a tomar malas decisiones en la conducción de la política local, como por ejemplo, hacer oídos sordos ante las críticas, reclamos y protestas no sólo de los grupos opositores sino incluso de mucha gente que les dio su confianza para llegar a ser gobierno, y que le ha traído como única ganancia un acelerado desprestigio colocando su nivel de aprobación dentro del deshonroso grupo de los 7 peores gobernadores del país.

Esto, además, ha despertado la codicia de muchos grupos de poder que cada día se convencen más de que este es el último año de gobierno de Cuitláhuac García y que en diciembre próximo será llamado a formar parte del gobierno federal para darle una salida menos indigna. Recuerdese que hace unos días el grupo legislativo del PRI, presentó en el Congreso Local una iniciativa para que en ausencia del gobernador por más de 60 días tome su lugar el secretario de Gobierno, cargo en el que puede ser ratificado sí así lo deciden los diputados, parece pues que el arrogante y déspota Eric Cisneros está preparando el terreno para llegar a la gobernatura sin tener que haber sido electo por el voto de los ciudadanos, este hecho en caso de ocurrir sería un insulto a la democracia. ¿Qué ganaríamos los veracruzanos con que Eric Cisneros se convirtiera en gobernador?, no existe ninguna prueba a su favor que demuestre que pueda hacer las cosas mejor que ahora, antes bien los antorchistas no olvidamos que ha sido precisamente él quien ha ordenado los actos de represión e intimidación contra nosotros y contra muchos otros grupos que exigen soluciones a sus peticiones.

Nadie que razone de manera correcta puede desear el fracaso de Cuitláhuac García y su gobierno, puesto que ello significaría que el Estado habría abandonado sus funciones básicas de brindar seguridad y servicios públicos a sus ciudadanos, en cuyo caso las consecuencias más graves serían para los veracruzanos de a pie no para los funcionarios. Tal vez sea aún momento de que el gobernador reconsidere su política en muchos aspectos, puesto que millones de veracruzanos esperan resultados positivos de su gobierno, hayan votado o no por él, ya que legalmente nos representa a todos.

Por lo pronto, miles de campesinos, colonos, obreros, maestros y estudiantes humildes organizados en el Movimiento Antorchista en Veracruz siguen esperando que las necesidades más elementales de sus pueblos y colonias sean atendidos, demandas que el gobernador conoce bien puesto que fueron entregadas en un pliego petitorio que recibió por mano propia hace un año, es cierto que existe dialogo con las dependencias de su gobierno, aunque sería deseable que se pase a la acción, a la resolución de alguna de esas peticiones en lo inmediato, por el bien de su gobierno y por el de los veracruzanos que únicamente aspiran a una vida mejor. Sería deseable también que se reconociera que las organizaciones sociales no son enemigas de su gobierno, son únicamente el canal por el que, en un sistema de vida democrático como el nuestro, los ciudadanos entablan dialogo con sus mandatarios. Aún no es tarde para rectificar

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