-Con la participación de especialistas del CIESAS, El Colegio de Michoacán y la UV
-El tema de la primera mesa de diálogo fue “Miradas sociales ante la experiencia de la muerte”
Claudia Peralta Vázquez/ Universo sistema de noticias de la UV
Fotos: Omar Portilla Palacios
31/10/2023, Xalapa, Ver.- Investigadores del Centro de Estudios de la Cultura y la Comunicación (CECC) de la Universidad Veracruzana (UV), de El Colegio de Michoacán y del Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social (CIESAS) de la Ciudad de México, generaron un espacio de diálogo y reflexión sobre su apreciación respecto a la vida y la muerte, además de compartir narrativas e historias de vida personales.
Lo anterior durante la mesa “Miradas sociales ante la experiencia de la muerte”, como parte de las Jornadas Funerarias organizadas por el CECC, en el marco de las festividades del Día de Muertos y que tienen lugar los días 30 y 31 de octubre en sus instalaciones.
Rafael Figueroa Hernández, coordinador del CECC, agradeció la participación de estudiantes e investigadores de dicho centro y del público en general asistente a las jornadas que representan una tradición académica y festiva, efectuada cada año.
La ponencia de José Sánchez Jiménez, investigador del CIESAS de la Ciudad de México, se enfocó en el tema “Pensar la vida desde la muerte”, mismo que parte de una idea perpleja.
Desde su perspectiva antropológica, no implica pensarla asumiéndola desde la encarnación de la muerte, sino a partir de los límites de aquello que deja el sujeto como una reviviscencia.
Al meditar sobre este hecho, resaltó la experiencia vivida por los habitantes del mundo con relación a la pandemia por la COVID-19: “Nos deja reviviscencias de angustia; nos queda una reviviscencia en ese límite de la muerte, nadie ha regresado de ella para testificar lo que hay allá, a nosotros nos deja una huella y testimonio viviente que se puede concretar en dos posibles perspectivas: como una memoria espectral y una de archivo”.
Por su parte, Soledad de León Torres, investigadora del CECC, en su charla “La incomodidad y la muerte social: una mirada antropológica a las desigualdades”, aseveró que, para la antropología social, las preguntas y aproximaciones relacionadas con el trabajo, afectos y la muerte no generan comodidad, sino todo lo contrario: inquietud, perplejidad e incomodidad permanentes.
Dedicó su narrativa a la memoria de Martha Celestina, mujer que tempranamente desarrolló habilidades para cortar, teñir y peinar el cabello de forma excepcional, lo cual le ganó una buena red de clientas que cosechó a lo largo de su vida.
“Se trató de mujeres exigentes que encontraron en el trabajo de Celestina no sólo un par de manos que lograra ataviar de formar satisfactoria, sino también una escucha compasiva, un lugar donde tener una catarsis acerca de las dificultades de la vida diaria, de las situaciones amorosas y personales.”
Su muerte ocurrió durante la pandemia por la COVID-19, en medio de un contexto de desigualdad, abandono e inequidad.
Habitaba la misma vecindad junto con su familia (hermanos y sobrinos) –enviudó muy joven y no tuvo hijos ni otras relaciones de pareja para llegar al final de sus días–, y ellos siempre estaban demasiado ocupados en sus propias vidas, por lo que acabó sintiéndose sola e ignorada, pensaba que sus sobrinos olvidaban que su tía era también su vecina.
“Celestina y sus clientas envejecieron juntas, a pesar de las distancias sociales que sus diferentes posiciones económicas marcaban.”
Murió después de dos años de encierro obligado, aunque no a causa de la COVID-19, pero a los pocos meses empezó a decirles a sus familiares que su mamá difunta ya venía por ella y que estaba cansada, no pedía asistencia médica, sólo compañía, no quería morir sola.
“A ella va dedicada esta reflexión sobre la ausencia y las pérdidas, le guardo cariño por todo lo que estuvo dispuesta a compartir.”