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Francisco De Luna/

Xalapa, Ver.- Con el ritmo “sonidero” los cuerpos se humedecen en ese ambiente cálido del baile. Los pies se sacuden de manera rápida o ligera con esas coreografías bien sincronizadas entre el resplandor de las luces que muestran la pasión de los barrios que ahora ven cómo a pausas se esfuman esas costumbres de las fiestas populares.

Y es que los sonideros en Veracruz enfrentan una decadencia que jamás imaginaron podría alcanzarlos. Las contrataciones cayeron al 25 por ciento; hay más competencia y pocos asistentes.

El secretario General del Sindicato Único de Sonideros del Estado de Veracruz, Rigoberto Salas Hernández, explicó que la crisis más drástica la resintieron en estos tres meses de 2016, aunque desde 2014 la situación comenzó a agudizarse.

“Queremos que la gente ponga los ojos nuevamente en nosotros porque últimamente ha ido decayendo el trabajo”, explicó durante la entrevista en el parque Benito Juárez en Xalapa, donde se reunió con músicos como parte de la celebración del décimo aniversario del sindicato.

Durante décadas este género musical conquistó los escenarios más importantes de la entidad veracruzana, desde las rancherías, pueblos y barrios de los municipios más urbanizados.

El contoneo de las parejas que tuercen las caderas, levantan las manos o se enredan entre brazos mientras que el sonido estridente se convierte en el alma de la fiesta en esas pistas de asfalto, pues el principal escenario es la calle.

Cuando el borracho se tambalea hay fiesta

Rigoberto Salas cuenta que los sonideros son los protagonistas de grandes espectáculos de las calles, las canchas o los salones de fiesta donde la gente no se cansa de bailar los ritmos que iniciaron al compás de la Sonora Matancera hace 67 años.

La entrada a los bailes cuesta desde 20 pesos, aunque en algunos casos son gratis. Aquí accede todo mundo. Llegan familias enteras, grupos de amigos, solos o en parejas. Nunca falta la caguama, el cigarro y aquel que se tambalea de borracho.

Pero eso es parte del ambiente, porque sin estas características no hay pachanga, “todo eso es el alma de la fiesta” cuenta Mauricio, el novio de Cristina ambos de la colonia Revolución y que acudieron al parque Juárez para demostrar sus mejores pasos de la cumbia y la guaracha.

El sonidero más que un ritmo, es el animador o el programador de los temas musicales populares. Se caracterizan por estar mandando saludos durante todo el evento, pero se especializan en música tropical y latina.

Los sonideros le dan vida a los bailazos populares. De sus bocinas salen saludos potentes que retumban las paredes con las menciones como “esta es la pura fiesta”, “vamos a bailar”, “saludos para nuestro compa el Güegües”.

Y continúa “sonidero, sonidero” una y otra vez y en la pista ya están las parejas para presumir sus mejores pasos.

El baile sonidero es para la gente de pocos recursos, a la que discriminan pero no le importa ni se victimiza. Se ve de todo, explica El secretario General del Sindicato Único de Sonideros del Estado de Veracruz.

La pista de cemento tiene más auge después de la medianoche cuando las parejas acaparan la atención de los asistentes al baile, aunque muchas veces son los miembros de la comunidad lésbico gay quienes roban las miradas con sus movimientos sincronizados con la música que no deja de retumbar en las bocinas al son de la guaracha.

En Veracruz se lleva el ritmo

Los orígenes de estos ritmos llegaron primero al puerto de Veracruz en los años de 1930 a través de la música tropical que se había enraizado en el país debido a la incursión de la música proveniente de la isla de Cuba.

Una década después se popularizó en los barrios del Distrito Federal, donde era muy gustada la música de todos los géneros nacionales y mundiales, pero más la tropical y la rumba, géneros que tomaron auge con el cine en los años de 1950.

El secretario General del Sindicato Único de Sonideros en la entidad, lamenta que este oficio vaya perdiendo resonancia y que la crisis ahora ya los haya alcanzado luego de dos años de permanecer en la resistencia.

“Han surgido muchos equipos de sonidos chiquitos que no tienen nada de profesional y la gente que está en el sindicato tiene años de trayectoria en este ramo”, refiere mientras que a los lejos se escucha el sonido del teclado y las luces moradas iluminando el escenario.

Son contratados en pueblos, escuelas, fiestas patronales “y en todas partes”, aunque comenta que los sonideros son los de mayor demanda en los barrios y en colonias asentadas en las orillas de las ciudades.

El líder Salas Hernández indicó que este año “todo se vino para abajo” por la economía tan precaria y si se le suma la violencia que se ha adentrado en todas las zonas, terminan siendo los factores que ahuyentan a los bailes.

Recalcó que últimamente han surgido grupos pequeños que con solo dos bocinas andan tocando “y eso es lo que perjudica”, sin embargo como sindicato se organizan para crear estrategias y volver a posicionarse en el mercado musical.

En junio de este año cumplirán diez años como Sindicato Único de Sonideros del Estado de Veracruz y realizarán diversos eventos en espacios públicos de la ciudad de Xalapa.

Como parte de su aniversario ofrecen cursos de audio, iluminación y video para ser más competitivos y que el mercado musical no sea acaparado por gente improvisada o por la tecnología que ha provocado que este género musical vaya perdiendo resonancia.

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