Donald Trump en imagen ilustrativa.

Trump alcanzará la presidencia de los EUA
Mario Mijares

1.- No hay cosa más peligrosa que leer a ciertos analista, quienes escriben únicamente utilizando el sentido común, pero todavía es peor cuando otros más, les gana la pasión. En el tema sobre el proceso electoral en Estados Unidos, incorporan su fobia, la cual no es otra cosa: “que el temor intenso e irracional, de carácter enfermizo, hacia una persona, una cosa o una situación.” El odio o antipatía a Donald es intensa, y lleva la connotación de que; si no puedo con él, lo único que me queda es la probada aversión. O bien para el caso mexicano, sería tal como lo explicó Octavio Paz, sólo esgrimen el vocablo de “chingada”, conjugado.
Lo mismo sucede con la pasión del amor, el cual de manera contraría al odio, también ciega, para no descubrir la realidad. Algo le está ocurriendo en nuestro pequeño mundo, en donde pareciera que ya se extravió la sensibilidad e inteligencia. Lo cual se demuestra todos los días al sondear la condición política del ser humano. Sin duda una vida política degradada de su estado natural, lo que permite perder la capacidad para distinguir -lo real de lo imaginario-, por tanto, el hombre de manera absurda se vuelve contra su propio ser.

Lo he confirmado una y otra vez, que cuando alguien le explica al hombre de manera fría su realidad, entonces de inmediato hace oídos sordos, individuos incapaces de escuchar y menos de comprender. Por tanto, su ignorancia se duplica porque aparte de no saber las cosas, tampoco desean saber su circunstancia. Pero el problema no termina ahí, pues al negarla de manera sistemática, les da por acoplarse a una existencia artificial. Pero quizás no fuera dañina, en caso de que no la expresaran de manera pública, pero por desgracia, hay cierta irresponsabilidad de un buen número de individuos, principalmente cuando la exponen en los medios. Entonces el riesgo es costoso, ya que la mayoría de población iletrada abreva de ella para enseguida ser un mero repetidor.

2.- Quién no recuerda cuantos iletrados repitieron hasta el cansancio cuando Barak Obama ganaba terreno en las elecciones en el 2008, desde que fue candidato del Partido Demócrata, incluso todavía en 2009 hasta arribar a la presidencia. En todo ese proceso, se identificaban amorosamente con él, y tan sólo percibían -la piel negra- del ahora presidente de los Estados Unidos. Sin duda, un personaje que sólo hoy día representa al imperialismo más poderoso del mundo posmoderno. Empero se repite el ciclo, pero ya no es el amor, pues todos aquellos que sólo veían la piel negra, hoy día simplemente ven -la piel transparente- de Donald Trump.

3.- En definitiva no es tan sencillo formular escenarios políticos, y menos tratándose de la geopolítica mundial. La causa primera de lo que sucede es que: la estructura política de los EUA, se conformó desde sus inicios para aplicar la producción capitalista, muy similar a su madre Inglaterra. En ambas desde hace más de dos centurias, prevalece la hegemonía de los hombres ricos y no sólo en ese país sino en el mundo. Bajo este supuesto las oligarquías financieras, industriales, comerciales y terrateniente, son la clase suprema de esta nación. Los cuales utilizan todos los aparatos políticos, incluyendo el gobierno, para implantar sus condiciones y deseos de riqueza, con el objetivo de seguir siendo el país de los opulentos. Esos que están todo el tiempo en favor del principio del ganar-ganar.

Donald Trump, desde su aparición en el escenario electoral, ha tocado las fibras más ondas de una mayoría del pueblo angloamericano, a quien desde hace siglos los han adiestrado a odiar la pobreza, no sólo económica sino mental. Ellos veneran a los triunfadores o líderes en cualquier rama, su única posición natural es el carácter nacional. A los norteamericanos no les interesa desaguarse ante el vencido, no importa si son hombres o naciones subyugadas.

Ellos no perdonan aniquilan al derrotado. Donald no es un candidato que se mueva de manera independiente, la oligarquía de guerra lo apoya, lo demuestra el aliento de organizaciones clandestinas como el Ku Kus Klan, expertos en deshacer negros, cafés (latinos) irakies y asiáticos que se interpongan a sus intereses.

Resultan hasta ridículos los textos de carácter moral de muchos analistas, que desconocen no sólo la historia de los Estados Unidos, sino su conformación y esencia plutocrática, cuya codicia feroz es la ganancia y las riquezas. El discurso político de Donald, no es el que escucha el mexicano o norteamericano común y corriente. El citar a Mussolini sin escozor lo dice todo: “Es mejor vivir un día como león que cien años como oveja”, -esto no lo comprende la mayoría del pueblo mexicano- tal mensaje demuestra en el escenario, la intención de los propietarios de ese país. Ellos envían el mensaje de que continuarán con sus voraces orgías financieras, las cuales han acompañado a los USA a lo largo de su historia.

Lo que resulta novedoso, es que un oligarca entre en política, lo anterior sólo había sucedido en la guerra de independencia hasta después de la guerra de Secesión o guerra civil, American Civil War in los EE. UU. 1861 y 1865. El candidato pertenece a los gigantes del dinero, hombres que como decía un magazine especializado de esa época, “Ellos sólo hablan con Dios”. Se refería a los más conocidos como: J. Pierpont Morgan, J. Davison Rockefeller entre otros dueños de mega negocios.

No importa como finalice este espectáculo macabro de tipo electoral. En definitiva el presidente de ese país, disfrute de la piel blanca, negra, amarilla o café. Tenga usted la seguridad de que sólo será empleado de la gran oligarquía cuyos representantes legales están dentro del Congreso.

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