Williams Cortez/
Coatepec, Ver.- Desde hace 40 años diversos grupos políticos han intentado invadir y devastar el bosque de Coatepec en al menos 5 ocasiones. En ninguna de ellas consiguieron su objetivo de establecer un asentamiento poblacional en la zona.
Sin embargo, en julio del año pasado lo volvieron a hacer y tal parece que ahora, a diferencia de las veces anteriores, para lograr sus fines, cuentan con el respaldo del gobierno estatal mediante la Dirección de Política Regional y del gobierno federal a través de la Secretaría Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (Sedatu).
Esta vez el grupo invasor es la Central Independiente de Obreros Agrícolas y Campesinos (Cioac) y, de acuerdo a sus dirigentes e integrantes, pretenden apropiarse de las 2 mil hectáreas de bosque de Coatepec.
Enviaron como avanzada a las primeras 120 personas, quienes llegaron a mediados de julio de 2019 para invadir un predio de aproximadamente una hectárea de bosque del predio Jinicuil Manzo, una propiedad privada que ahora está siendo defendido por sus propietarios y un buen número de activistas y defensores del medio ambiente.
Más de un año ha transcurrido desde que el hecho fue denunciado por los legítimos propietarios afectados por la invasión, primero acudieron ante el Ayuntamiento de Coatepec, luego ante los gobiernos estatal y federal, cuyas instancias parecen estar de parte de los invasores y no de la legalidad.
Uno de los propietarios afectados relató: “Aquí hay un historial efectivamente de unos 40 años de intentos en toda la zona, no es que se vayan sobre de un predio. Ha habido intentos en lo que antes era la Secretaría de la Reforma Agraria, ahora Sedatu, y entonces hay un historial de esas peticiones que se hicieron, hacían lo mismo: hacía una petición pero en lugar de esperarse a que se las dieran se metían, invadían y luego lo que sucedía es que se les negaba”.
Recuerda que desde hace 40 años grupos políticos han intentado, en al menos 5 ocasiones, invadir diversas zonas del bosque de Coatepec.
REPITEN EL MODUS OPERANDI
El modus operandi de la Cioac ha sido el mismo de sus antecesores: presentan una solicitud de tierra, le cambian el nombre a los predios que desean, luego invaden esos predios, talan árboles, amenazan a los propietarios, recurren a las autoridades federal, estatal y municipal presentando documentos falsos y hacen alarde de sus relaciones políticas al más alto nivel.
En esta ocasión la Cioac le ha bautizado como Sierra Alta, nombre que no está registrado en ninguna escritura o documento anterior a su solicitud. Cada predio que formar parte del bosque tiene un nombre: Jinicuil Manzo, Plan de San Antonio, Loma Alta, Cinco Palos, etcétera. La invasión del año pasado ocurrió en Jinicuil Manzo y afecta a tres propietarios.
El entrevistado, quien es uno de los tres afectados por esta nueva invasión, cuyos responsables tiraron su lindero, dijo que compró su predio hace 23 años y del cual dispone de la documentación correspondiente.
PRESERVAR EL BOSQUE
“A mí lo que me gustaba y desde el principio esa fue mi idea y mi vocación, es conservar el bosque, y por eso cuando nos hablaron del programa de Fidecoagua nosotros fuimos de los primeros en entrar a ese programa”, recuerda.
“Aquí había zonas devastadas y me contaban que era por otra invasión que había habido y entonces lo primero que hicimos fue comenzar a plantar árboles con la Conafor que nos daba los árboles, lo que comenzamos a meter fueron árboles de la zona: marangoles, liquidámbar, encinos y también donde se podía un poco de café sin dañar nada y tratando de hacer esta cuestión autosustentable”.
Aseguró que en aquel entonces, él y su familia, al igual que los propietarios de los demás predios, para llegar a sus casas, entraban caminando entre el bosque, recorriendo varios kilómetros de veredas. Hace dos años, con la contribución económica de los propietarios vecinos pudieron abrir un camino de terracería. Un año después, al percatarse de la existencia del camino arribaron los invasores de la Cioac.
El entrevistado niega que se trate de terratenientes como lo dijeron los invasores. Él es uno más de los pequeños propietarios que hay en el bosque, de los cuales “nadie ha sido dueño de 2 mil hectáreas” por lo que la solicitud del grupo invasor para apropiarse de esa extensión de tierra resulta exagerada.
En la zona hay 500 propietarios, la mayoría personas de escasos recursos que han tenido sus tierras durante generaciones, “y que ahora que se están enterando que estas personas están pidiendo lo suyo están con mucho miedo y dispuestos a defender su tierra pues ese es su derecho”, dice para finalizar.
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