Guadalajara, Jal.- El doctor Sergio Gallegos Castorena es un héroe sin capa. Él no lucha contra monstruos o criaturas extraterrestres, su enemigo es el cáncer y lo combate desde el piso 7 del Hospital Civil Juan I. Menchaca.

Egresado de la carrera de Medicina de la Universidad Autónoma de Guadalajara (UAG), el galeno es el responsable de la Clínica de Leucemias de dicho nosocomio, donde atiende a niños que padecen la enfermedad, pero lo que distingue a este doctor es su manera de dar su consulta.

A diario, el doctor Gallegos Castorena se disfraza de un personaje infantil famoso para hacer la consulta más llevadera.  En total son 35 los disfraces que el médico tiene, entre los que destacan Spiderman, Thor, Superman, El Chavo del Ocho, El Chapulín Colorado, entre otros.

Gracias a su peculiar manera de dar consulta logra transformar un evento rutinario, doloroso y aburrido en una experiencia mágica para los niños y sus familias.

“Antes de disfrazarme tan seguido era muy marcado que el niño no quería ir a la consulta y a raíz de que me disfrazo los niños y niñas quieren, ansían ir a la consulta”, dice el médico egresado de la UAG.

“Las familias me dicen que ya no pelean con sus hijos para llevarlos al hospital, porque van a algo especial, incluso aunque no les toque consulta si van al piso y saben que yo estoy disfrazado es importante para ellos”.

Llevar felicidad a los niños ha sido uno de los factores para que la tasa de supervivencia de los menores con leucemia vaya en crecimiento, pues ahora los pequeños están más interesados en acudir a consulta, aunado a las mejoras en el hospital y el equipo de especialistas que atienden.

“Hoy estamos curando más que nunca, estamos rondando el 80 por ciento, no me deja esto nada satisfecho porque nuestro objetivo es llegar al 100 por ciento”, afirma el Dr. Gallegos Castorena.

Aunque llevar alegría a los niños no es el principal factor para curarse, el médico sí reconoce que hay muchos estudios que afirman que estar feliz y tener una red afectiva de apoyo va a dar mejores resultados en cualquier padecimiento médico, incluso el cáncer.

YA LOGRÓ VENCERLO

Para el doctor Gallegos Castorena el cáncer es un rival ya conocido, pues en carne propia lo padeció cuando apenas tenía 17 años y lo logró vencer, aun cuando las expectativas de vida que los médicos eran desfavorables.

Durante su tratamiento cuando era niño, el ahora médico recuerda que sus padres tuvieron la posibilidad de llevarlo a Estados Unidos para tratar su enfermedad, donde recuerda que había un grupo de voluntarios que se vestían de payasos y visitaban a los niños.

“Entre todos los voluntarios que me visitaban ellos eran los que realmente me hacían por un momento olvidar que yo me sentía mal”, recordó.

Precisamente de esa experiencia le nació la idea de disfrazarse para visitar a los enfermos; de hecho, de 1989 a 1992 cuando estudiaba medicina en la UAG se iba todos los sábados al Hospital Civil Viejo vestido de payaso para entretener a la gente.

Al terminar su carrera el disfraz de payaso se guardó por mucho tiempo. Pasaron los años hasta que Tomás, un pequeño paciente con cáncer y quien desafortunadamente falleció, llegó a su consultorio vestido de payaso y le dijo al doctor que se había disfrazado para entretener a sus compañeros del hospital. Fue ahí cuando el doctor Gallegos Castorena comenzó a retomar la idea de disfrazarse para sus pacientes.

En el año 2005 comenzó a disfrazarse en fechas especiales, el Día del Niño se vestía de payaso, en Navidad de Santa Clós, El Día de Reyes como Rey Mago; pero no era suficiente, así que dos años después cuando llegó al Hospital Civil Juan I. Menchaca decidió que todas sus consultas serían disfrazado.

“Las reacciones que empiezo a ver con los niños y sus familias son increíbles, me acortan muchísimo la distancia con las familias, me dan un nivel de confianza con las familias tremendo”, comenta el médico.

Desde entonces, el egresado de la UAG se ha dedicado a llevar un momento de alegría a sus pacientes y familias en su difícil lucha contra el cáncer.

El doctor Gallegos Castorena reconoce que antes de estudiar medicina su primera finalidad era convertirse en un médico de excelencia que pudiera ayudar a los enfermos.

“Y la segunda disfrutar mi vida cada día que viviera y en el camino hacer disfrutar a las personas que me rodearan, que no tuvieran que vivir la experiencia de tener un cáncer para darse cuenta que la vida es maravillosa”, reflexionó.

Ahora, el doctor recomienda a los estudiantes de medicina que nunca dejen su gusto por esta noble profesión y siempre vean al paciente como una persona, no como una enfermedad.

“Todos tenemos la capacidad de transformar la vida de las personas y sobre todo los médicos, y cuando esto se hace con el corazón y de forma desinteresada vamos a transformar la vida de nuestros pacientes y se nos va a retribuir, no necesariamente de forma económica, se nos va a retribuir, siempre nos va a ir mejor cuando actuemos con el corazón, con la entrega total a nuestros pacientes”, afirmó el médico.

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