Fotografía tomada de http://www.presencianoticias.com

Jorge Morales

Xalapa, Ver.- El caso de la desaparición del reportero Gabriel Fonseca Hernández exhibe la persistente crisis en materia de acceso a la justicia en Veracruz, específicamente en el ámbito de la investigación criminal, a cargo de la Fiscalía de Veracruz. A casi cuatro años y medio de su desaparición, la Fiscalía mantiene el hermetismo sobre el caso, al prohibir el acceso al expediente completo, incluso en mi calidad de integrante de la Comisión Estatal de Atención y Protección a Periodistas y pese a las reiteradas solicitudes personales y escritas.

En todo esto tiempo, he sido testigo del dolor, el viacrucis y la pesadumbre de la familia por su ausencia. La orfandad de sus padres, personas de avanzada edad y enfermas, ante la pérdida repentina de un hijo que era su sostén y casi único proveedor. La desaparición de Cuco, como la de otras cientos de personas en Veracruz, ha trastocado por completo la vida de su familia y de sus compañeros que aún lo recuerdan y lo conocieron como un adolescente audaz y prometedor en el periodismo policíaco de su región, actividad en la incursionó más por necesidad que por vocación pero de la que abrevó la pasión y el fuego por la noticia.

Los escasos avances sobre algunas diligencias se han dado a partir de “presiones” y “protestas” de los mismos periodistas de la región sobre el tema y estas han consistido en lo siguiente:

• 1.- Un llamado a ampliar sus declaraciones en lo relacionado a la desaparición del periodista.

• 2.- El tortuoso proceso de recolección y se identificación genética de los restos humanos hallados calcinados en el municipio de Soconusco con las muestras entradas por los padres del periodista. Dicho proceso presenta a su vez las siguientes inconsistencias:

 Tanto el estudio realizado por el gobierno de Veracruz, como el de la PGR, dan como resultado negativo para identificación genética con los restos hallados. La inconsistencia radica en que dichos estudios genéticos sólo refieren el análisis de los restos de “una persona” y no de dos, como originalmente establecieron los dictámenes periciales sobre los restos humanos hallados calcinados en el municipio de Soconusco en 2011.

 A la fecha, los familiares del periodista –conflictuados con los mismos periodistas que presionaron a las autoridades para avanzar en las investigaciones por rumores esparcidos en el entorno, lo que enrareció el clima de confianza entre estos-, se mantienen en silencio tras la fallida labor de las autoridades para dar con el paradero de su hijo desaparecido.

RECUENTO

El 17 de septiembre de 2011 se reporta extraoficialmente la desaparición de Gabriel Fonseca Hernández, alias “Cuco”, periodista de la sección policíaca del diario El Mañanero, de Acayucan.

El 19 de septiembre un supuesto testigo dice haberlo visto junto con un sujeto de nombre Andrés Miguel Palmar, de 40 años, de apodo “El tegogolo”, en bodega Ahurrerá. Dicha persona aparentemente se dedica a la venta de tortas en el centro de Acayucan.

El 21 de septiembre de ese mismo año, policías dan parte a las autoridades ministeriales del hallazgo de restos humanos en dos tambos en el municipio de Soconusco. En el reporte policial se asegura que en el sitio fueron hallados tambos, una mancha hemática y botellas de plástico de refrescos.

Ese mismo día, el perito de la delegación regional de Servicios Periciales, Emigdio Trinidad Guadalupe, acude al sitio y en un oficio dirigido al AGENTE DEL MINISTERIO PÚBLICO DEL FUERO COMÚN, con sede en Acayucan –quien inicia la investigación ministerial ACA1/618/2011, convertida posteriormente en 010/2012/PC-, reporta lo siguiente en el “Dictamen de levantamiento de dos incinerados”:

Haber acudido a la gravera denominada San Pedro, ubicada en camino de terracería que conduce a la gravera Maviesa, perteneciente al municipio de Soconusco, a fin de efectuar criminalística de campo en levantamiento de dos cadáveres.

“Cuerpos muertos al interior de unos tambos”.

“Cadáveres. Tambos de 200 litros con agujeros. Restos humanos calcinados en su interior”.

“1.- Restos calcinados de una persona”.

“Cráneo humano incompleto, pequeños fragmentos óseos y cenizas. Parte de masa encefálica. Porción vertebral de nivel dorsolumbar con parte muscular. Parte maxilar dientes”.

“2.- También con restos calcinados de una persona. Parte de hueso craneana de un humano, fragmentos pequeños huesos. Área porción vértebras cervicales con dorsales y fragmento de una clavícula con partes de músculos en proceso de cocción”.

Los restos son depositados en el anfiteatro del Servicio Médico Forense de la región.

Ahí, el perito de enlace regional de los Servicios Periciales, Dr. Miguel Ángel Martínez Carrión, en un oficio fechado el 22 de septiembre del 2011, establece lo siguiente sobre los restos:

“El contenido efectivamente es de una persona por cada tambo y que las partes que se rescatan serán enviados para su estudio”.

En ninguno de los documentos periciales incorporados al expediente se hace referencia a la recolección de la evidencia observada en la primera diligencia policial sobre la zona del hallazgo de los restos como una mancha hemática y restos de botellas de plástico.

ANÁLISIS GENÉTICOS (DE UN SOLO CUERPO)

El 27 de noviembre de 2015, la Dirección de Servicios Periciales de Veracruz, dependiente de la Fiscalía General del Estado, estableció, en su oficio FGE/DSP/13785/2015, que al someter el análisis de los restos con el padrón genético de los padres de Gabriel Fonseca Hernández, éste no se correspondía.

Los restos sometidos a laboratorio, “un maxilar inferior carbonizado, masa encefálica carbonizada, porción lumbar carbonizada y porción cervical carbonizada” – STR´s (Short Tandem Repeat), mediante reacción en cadena de la polimerasa PCR y electroforesis capilar utilizando el instrumento 3500 Genetic Analycer, analizando los datos obtenidos a través del Software Genemapper ID-X1.3.- dieron negativo con las pruebas genéticas obtenidos a los padres del reportero.

Por otra parte, en un oficio del 25 de noviembre de este mismo año, dirigido a Rosario Zamora González, directora de Investigaciones Ministeriales de la Fiscalía General de Veracruz, la Procuraduría General de la República – a través de la Agencia de Investigación Criminal, la Coordinación General de Servicios Periciales, la Dirección General de Laboratorios Criminalísticos, la Dirección de Biología Molecular y el Departamento de Genética Forense- dictaminó en el mismo sentido el análisis de los restos enviados.

El oficio indicó que el examen mediante el método de extracción de ADN se realizó con las siguientes técnicas:
Técnica de extracción Prepfiler BTA FORENSIC DNA automatizada, técnica de extracción DNA IQ System Automatizada, Técnica de extracción orgánica Fenol-Cloroformo-Alcohol Isoamílico, Análisis de STR´s (Short Tandem Repeat), Amplificación por medio de los sistemas Power Flex Fusión System y Power Plez Y23System, Genotipificación por electroforesis capilar para obtención de datos genéticos forenses.

El dictamen señaló que el lumbar y maxilar no son susceptibles de análisis, sino solo el cervical y masa encefálica. La conclusión al hacer el contraste con las muestras de los padres de Gabriel Fonseca Hernández, fue que estos “no presentan relación de parentesco genético”.

CONCLUSIÓN

Cabe destacar que tanto en el análisis realizado por los laboratorios de Veracruz como el de la PGR, se estableció que estos se realizaron sobre la base de “una persona”, resultando incongruentes con los mismos dictámenes periciales iniciales que refieren dos restos humanos calcinados en igual número de tambos.

Derivado de lo anterior, resaltan las siguientes preguntas que deben esclarecer las autoridades:

1.- ¿Por qué los dictámenes periciales originales refieren la existencia de dos cuerpos humanos hallados?

2.- ¿Por qué los exámenes genéticos sólo refieren el estudio de los restos de un cuerpo humano?

3.- ¿Hubo extravío de los restos del otro cuerpo? O ¿Hubo error en los peritajes iniciales de la Fiscalía al presumir dos cuerpos cuando sólo se trataba de uno?

4.- ¿De haberse extraviado los restos de un cuerpo, qué autoridad es la responsable de esta negligencia y cuál es el deslinde de la responsabilidad?

5.- ¿A quién pertenecen los restos del cuerpo examinado mediante pruebas de ADN? ¿Si no es el del periodista Gabriel Fonseca, es de su supuesto acompañante al momento de su desaparición, Andrés Miguel Palmar?

6.- ¿Si hubo extravío de los restos de un cuerpo, pertenecería al del periodista Gabriel Fonseca?

7.- ¿Qué pasó con la evidencia reportada en el lugar del hallazgo de los cuerpos de una mancha hemática y restos de botellas? ¿Por qué no se recogieron y resguardaron? ¿Qué autoridad es la responsable de esta omisión? ¿Qué deslinde de responsabilidades se ha establecido?

Es evidente que el deficiente trabajo de la Fiscalía abre nuevos derroteros de dudas e incertidumbres sobre el caso.

Artículo publicado originalmente en:

https://apuntesycronicas.wordpress.com/2016/04/28/donde-esta-gabriel-fonseca-hernandez-cuco/

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