Tiempos felices.

Williams Cortez

Xalapa, Ver.- Tuvieron que pasar 19 años para que María Isabel se cansara de las constantes manifestaciones de violencia económica, psicológica y física por parte de su pareja y decidiera dejarlo.

Con Roberto vivió en unión libre todo ese tiempo y procreó tres hijas. Las cuatro padecieron los cambios de humor y permanente agresividad con que las trataba.

“Cuando ellas estaban pequeñas él siempre me agredía. Su familia siempre se ha metido en nuestra relación, él tiene 42 años y aun así parece un niño, si su mamá le decía que no nos diera dinero eso hacía, pero ya después de tantos años decidí salirme de la casa por el bien de mis hijas”.

A la pregunta de por qué soportó tanto tiempo con un hombre violento, María Isabel responde: “Una se aguanta por las hijas, pero cuando les pegó dije ya esto no está bien y voy a salirme por el bien de ellas”.

Ella pensó que la agresión sufrida a principios de abril en el interior de su vivienda sería la última. No fue así, la peor estaría por ocurrir en la vía pública la tarde del viernes 12 de mayo, sería registrada en videos y fotos y se haría viral en redes sociales.

DIF municipalTODO POR UNA PENSIÓN ALIMENTICIA

Había iniciado el mes de abril y Roberto, en uno de sus habituales malos tratos hacia su familia las agredió verbal y físicamente, primero a sus hijas y luego a su pareja.

A raíz de lo anterior las menores de 16, 14 y 11 años acordaron salirse de su casa y se lo externaron a su madre: “Mamá ya has aguantado mucho y nosotras ya no queremos estar aquí o te vas con nosotras o nosotras nos vamos a la calle porque ya no soportamos estar aquí”.

María Isabel atendió la solicitud de sus hijas, dejaron su casa para mudarse a un pequeño cuarto y para salir adelante se dedicaron al comercio; sin embargo los ingresos eran escasos y no alcanzaban para la manutención de la familia.

Los problemas económicos arreciaron y fue entonces que María Isabel decidió recurrir a la Procuraduría de a Defensa del Menor, la Familia y el Indígena del DIF municipal –ubicada en el número 21 de la avenida Ávila Camacho– a fin de solicitar a su expareja una pensión alimenticia para sus hijas.

Ambos padres fueron citados a las cuatro de la tarde del 12 de mayo. En cuanto se presentaron fueron ingresados a un cubículo donde los recibió la licencia Gabriela Rodríguez del DIF municipal, comenzaron a platicar de la pensión, «lo mínimo que piden ahí son 300 pesos quincenales por niña, él dijo que no podía dar eso porque no tenía y que era mucho sino 100 pesos por niña, es decir que fueran 300 quincenales para sus tres hijas». La funcionaria municipal le respondió a Roberto que el procurador tendría que autorizar dicho monto en los próximos días.

“En eso quedamos, él se despidió, yo le pedí a la licenciada hablar un poco más con ella y me quedé, a los pocos minutos él regresó a decir que quería hablar con la licenciada, entonces yo me salí y cuál fue mi sorpresa que afuera estaba con toda su familia, ellos lo que querían era esperarnos y golpearnos”.

Y así ocurrió, en cuestión de segundos María Isabel se vio imposibilitada para calmar los ánimos de un enloquecido Roberto, a quien ahora acompañaban sus hermanas Elizabeth y Julia, además de sus sobrinos Celia, Verónica y Gonzalo, todos ellos adultos y predispuestos a atacar.

pelea
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LOS GOLPES

Cuando vieron a las cuatro mujeres salir a la calle los seis adultos comenzaron a insultarlas y jalar a las niñas, indiferentes al tránsito vehicular, a la presencia de personal del DIF y a varios peatones que se detuvieron a contemplar la situación, algunos de ellos a grabar videos y hacer fotos con celulares.

“Y nadie hacia nada, hasta que un auto se paró, en ese auto iban Mary Rivas y Lorenzo Morales, ellos fueron los únicos que nos ayudaron porque las demás personas solo gritaban y tomaban fotos y videos”.

Fueron escasos minutos los que parecieron horas a las víctimas de la golpiza. A la pequeña de 11 años una mujer mayor la arrojó al suelo y la pateo, a la de 14 la golpeó su primas y a la de 16 la embistieron entre su papá y sus tías.

Mary Rivas se acercó a pedir calma mientras llamaba a una patrulla desde su celular. A partir de aquí todo quedó registrado en video. El grupo de agresores dejó a las menores y se enfiló contra la extraña que se había atrevido a encararlos.

“Al papá de mis hijas y a su sobrino no se les puede decir hombres porque comenzaron a golpear a Mary cuando ella no tenía nada que ver, solo quería ayudarnos.

“A Roberto no le da el cerebro para tanto, fue su familia la que inició la agresión y él siguió. Eso que hizo no se vale, no es correcto”.

La indignación de María Isabel incluye al papel del agente vial que llegó al lugar de la agresión para, en un principio auxiliar, pero después, al verse rebasado y amenazado por la familia de Roberto les abriera el paso para que se fueran impunes.

Minutos después, y una vez que se lograron tranquilizar las víctimas fueron escoltadas por elementos de la Gendarmería a la Fiscalía General del Estado, en donde presentaron las denuncias correspondientes.

Por cuanto hace a las críticas que en redes sociales ha recibido su familia y la propia Mary Rivas la entrevistada dijo: “Son personas que no saben, juzgan a la señora Mary por defendernos y dicen que mis hijas son unas revoltosas y no saben que la familia de Roberto fue la agresiva, son expolicías, de hecho sacaron un arma, traían también una navaja, imagínense si no nos hubieran defendido”.

“Si no hubiera sido por la intervención de Mary Rivas y Roberto Alarcón quién sabe en dónde estaríamos ahorita porque la intención de ellos era meternos al auto, no sé qué sería de nosotros”.

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