Juan Gabriel en Tlacotalpan.

Mario Mijares

1.- Stendhal, expresó que para lograr una buena novela, bastaba poner un espejo a lo largo del camino. En la novela Mezclilla (enredado en un pantalón), «el personaje principal se paró frente al espejo y empezó a caminar por el sendero de la vida, hasta que llegó a un laberinto. En ese momento su imagen presentó cierta simetría, en la cual su interior y exterior coincidían, debido a la armonía que reflejaba su esencia y existencia del ser».

2.- Qué se puede decir que no se haya dicho ya respecto a Juan Gabriel, no obstante, debido a la gran creatividad que mostró el artista en todos los sentidos, finalmente logró dominar un medio totalmente hostil, lugar común en donde se desenvuelven muchos artistas populares, los cuales tropiezan con todo tipo de condiciones adversas. Y sí a todo esto se le suma que México, sigue siendo un país con una sociedad tribal, peor aún.

3.- Para hacer una mini síntesis de la vida de éste artista recién fallecido, habrá que volcar la mirada a su silueta en el devenir del tiempo. Desde niño, pudo descubrir sus sentimientos, los cuales él mismo confesó; que los veía de cabeza, pues su espejo interior le devolvía imágenes inquietantes. Ya con más edad, reveló que tuvo que sobrevivir las deformaciones del medio artístico y, social que lo acosaba de manera deliberada todo el tiempo.

Quizás al inicio de su carrera hubiera necesitado utilizar la sugestión hipnótica o bien un psicoanalista que lo reclinara en un diván para superar los momentos de angustia y depresión. Sin embargo, Juan Gabriel debido a su condición económica no podía darse esos lujos, por tanto, lo superó a base de trabajo y más trabajo, hasta colocarse de bruces frente a los reflectores televisivos.

Para asomarse al espejo por donde caminó el «Divo de Juárez», es necesario amalgamar los dos planos o visiones. Es la de entrar a la realidad del mundo en la que la subjetividad permite incluir sin titubeos la reflexión, San Agustín en su libro Confesiones, advierte sobre lo que ocurre en el interior del palacio de la memoria, y por ello advierte la necesidad de cuidar la lengua y el oído. Asimismo, la sentencia nietzscheana, es que; «el que traicionan la vida, tarde o temprano la vida lo traiciona». Por lo indagado, Juan Gabriel, todo el tiempo fue congruente en el decir y el hacer, la espontaneidad en sus actuaciones en el estrado lo confinan, actuó siempre de acuerdo a su sentir, y el público se contagiaba con las vibraciones del cantautor.

4.- El pasaje de su vida que más llama la atención, ocurrió cuando Juan Gabriel, derrotó a la empresa trasnacional Sony BMG Music Entertainment, fue el resultado de un contrato de exclusividad, en donde como se sabe que éste tipo de corporaciones se llevan todas las ganancias. La decisión del artista lo llevó dejar de grabar en otras firmas, pero de forma espectacular y después de ocho años de ausencia discográfica, retomó su ritmo de grabaciones hasta llegar el éxito actual. Una estrella que defendió sus derechos como compositor, cantante y artista. Quizá el primero que creó su propio espectáculo, además de los pocos artistas mexicanos que fundó patronatos de ayuda a los más necesitados.

5.- En su último momento lúcido le habló así a la imagen del espejo: Yo Juan Gabriel, puesto que muero, yo, hijo predilecto del pueblo mexicano, puedo disfrutar de mis últimos momentos sobre un escenario en medio de la algarabía de mí público. Mi ego plebeyo, no permitirá después de mi muerte la pena de la crucifixión, así también deseo que se pueda levantar una estatua de la misma medida a los mitos que me logren colgar. Igualmente, desde lejos podré ver altares en los hogares de la mayoría del pueblo en donde hombres y mujeres me colocarán. Ya que ahí donde hay recuerdos habrá resurrección.

Se puede concluir que la vida de Juan Gabriel, no fue nada sencilla pues la posmodernidad arrastra a la humanidad a los pantanos de la bestialidad. En ese fango extenso en el que cada día menos se salvan de morir ahogados en ese terrible estiércol. Finalmente murió como vivió, adorado por muchos y repudiado por pocos, los primeros se han volcado en su seno, pero los segundos, tipo Nicolás Alvarado Vale, sólo son cobardes que tratarán de destruir sus logros. Este arquetipo de artistas; son aves de tempestades quienes cruzan el pantano; pero siempre futilados por execrables fariseos ■

Dejar una respuesta

Please enter your comment!
Please enter your name here