Xalapa,Ver.Al ritmo de son cubano interpretado por el Septeto Habanero, legendaria orquesta centenaria, fue clausurado el XXIII Festival Internacional Afrocaribeño 2019, organizado por el Instituto Veracruzano de la Cultura (IVEC) con el apoyo de la Secretaría de Cultura.

Durante cinco días, del 16 al 20 de octubre, Yanga, Xalapa y el puerto de Veracruz fueron las sedes de la fiesta de la negritud en México, que se realizó en el marco del quinto centenario de la fundación de La Habana y Veracruz, bajo el lema La Habana y Veracruz a 500 años: punto de partida, refrendando una vez más su origen y objetivo: investigar, promover y difundir las manifestaciones culturales veracruzanas relacionadas con nuestra herencia afromestiza.

En esta vigésima tercera edición del festival se realizaron las jornadas Memoria y camino del Festival Afrocaribeño y el Coloquio Veracruz-La Habana. Cinco siglos: conexiones regionales de un espacio global, que abrieron un espacio de reflexión en torno a la construcción de nuestra identidad, con la participación de los investigadores del INAH, de la Universidad Veracruzana, del CIESAS y de la UNAM y de los investigadores invitados de la Oficina del Historiador de La Habana y los impulsores del Plan Maestro de Revitalización Integral de La Habana Vieja.

La celebración se extendió a colonias populares con el programa Afrocaribeño en los barrios, y a las plazas públicas con los bailes populares, donde participaron destacados grupos como. Son Caribe, Son del Callejón, Son como Son, Son Raza de Bronce, Nanche y Jobo, Radio Cafetal, Son del 21, Los Pregoneros del Recuerdo, Rayzel y su raíz cuadrada.

El ciclo de cine cubano incluyó una retrospectiva de Santiago Álvarez, conmemorando 100 años de su nacimiento; y toda la familia aprendió a bailar ritmos afrocubanos, a tocar las percusiones y a escribir versos en los talleres para niños y adultos que se impartieron en Xalapa y Veracruz.

Las exposiciones que el público pudo visitar fueron: Impresos del Taller Martín Pescador en torno al fandango jarocho, de Juan Pascoe (Colección de Gilberto Guriérrez), Fotografías del Plan Maestro de la Habana y La Sangre es un Mar Inmenso de Lola Medel, expuestas en el Ex Convento Betlehemita Centro Cultura. Además de Tres por tres, Afromexicanos en Guerrero, Veracruz y Coahuila; y Cuba en Pelota, de Reynerio Tamayo, que ocuparon el Centro Cultural Casa Principal.

El Teatro Francisco Javier Clavijero fue el escenario de dos estupendos conciertos, primero Ibrahim Ferre Jr. y su grupo ofrecieron un viaje musical por la música cubana, mientras que Mabarak Ensamble y Jazz House Collective pusieron la nota de jazz. En

este mismo espacio, se realizó la obra de teatro Cuentos Eróticos Africanos del Decamerón Negro, de Leo Frobenius.

El Zócalo de Veracruz fue el foro principal donde desfilaron connotadas agrupaciones musicales, que pusieron a bailar al público incluso bajo la lluvia. Entre los que mostraron su talento y entrega estuvieron: Xalli Big Band y el Ballet Folklórico de la Universidad Veracruzana, Caña Dulce y Caña Brava, Juventud Sonera, el Septeto Santiaguero, Mono Blanco, Pancho Amat y su Cabildo del Son, Irving Lara y su Orquesta, Gonzalo Romeu y el Quinteto, El son 14 de Cuba, entre otros. El inigualable Septeto Habanero fue la agrupación que puso el punto final, a la fiesta del XXIII Festival Afrocaribeño.

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