Francisco De Luna /
Xalapa, Ver.-Leticia Cortes Hernández sostiene con mucha firmeza el cartel color morado donde lleva impreso el rostro de su hermana desaparecida hace once años. Todo este tiempo han mirado muertos para reconocer los cuerpos, han visto decenas y ninguno pertenece a Nohemí.
La angustia ha sido constante, se acabaron las preguntas, ya no saben si están cansados de buscar, todo es confusión, aunque lo cierto es que sus días ya no son de tranquilidad y en la mesa una silla permanece vacía.
Es 30 de agosto, día Internacional de las Víctimas de Desapariciones Forzadas y los familiares los recordaron y continuaron con la búsqueda “¿lo has visto?” se leía la frase en las lonas con las fotografías de los ausentes.
Este martes acudieron a la plaza Sebastián Lerdo de Tejada, frente al Palacio de Gobierno de Veracruz; la movilización fue silenciosa, pero recordaron que el Colectivo por la Paz Xalapa, tiene 46 casos sin resolverse.
Ahí, en las banquetas permanecieron para exigir avances en las investigaciones. Ninguna autoridad les respondió.
Leticia y sus padres se sumaron al Colectivo por la paz Xalapa como una alternativa de búsqueda de su hermana Nohemí Cortes Hernández, quien desapareció el 5 de enero de 2005 en el estado de Puebla.
La joven desaparecida tenía 17 años en ese entonces. Pero su destinó cambió en diciembre 2004 cuando conoció a una mujer quien la invitó a trabajar.
“Se fue por tres días y regresó, después se va el lunes y dijo que regresaría el próximo viernes pero ya no volvió y jamás volvimos a saber de ella”, cuenta de manera breve ese instante que al paso de los años se ha hecho eterno y doloroso.
Son originarias del municipio de Banderilla. Lety comenta que la muchacha con la que su hermana se fue a trabajar es de El Pueblito, muy cerca de esta cabecera municipal.
“Esta señora llegó a la casa y nos preguntó si mi hermana no había regresado porque ya no la había vuelto a ver” -desde ese entonces inició el sufrimiento que los mantiene con nudos en la garganta.
La foto que no existe
Hicieron la denuncia en la Agencia Cuarta Investigadora de Xalapa, pero les respondieron que nada se podía hacer si la joven se había ido bajo su propia voluntad y así permaneció detenida durante ocho años esa investigación.
El caso de la familia Cortés Hernández es el más antiguo en Colectivo por la paz Xalapa. En esta asociación han recibido beneficios como lograr la obtención del ADN y la actualización de la foto.
Pues tantos años, Nohemí ha cambiado mucho; ya pasaron diez años y sólo permanece el recuerdo del rostro de su hermana cuando tenía 17. La imagen actual no existe, sólo tienen en su poder un dibujo que semeja el cambio a la edad adulta.
“Lo que debimos hacer hace ocho años, apenas lo venimos haciendo. Ahora si se ven presionadas las autoridades de Veracruz por todas las negligencias que tuvieron en el caso de mi hermana y nos mandaron por incompetencia a Puebla que es allá donde corresponde porque fue en ese estado donde desapareció”.
Los familiares han escuchado durante una década los mismos pretextos en los que la autoridad refiere que la joven huyó con el novio y que se fue por gusto. –y siempre supieron que la Fiscalía no quiso indagar el caso-.
Las investigaciones ahora las realiza la Procuraduría General de la República (PGR), aunque considera que es un asunto sumamente complicado pues lo que se debió hacer en su tiempo no se hizo.
Buscar entre las muertas
Cuando Nohemí viajó a Puebla para trabajar, la promesa de la mujer que se la llevó es que sería empleada en un restaurante, sin embargo fue engañada y terminó siendo entregada a los dueños de un bar.
Han buscado a Nohemí en muchos lados, han tenido la dolorosa experiencia de ir a reconocer los cuerpos de mujeres asesinadas, pero hasta el momento no hay indicios de que alguno sea el de su hermana.
-Es una angustia ver a las muertas, pero también una esperanza saber que no es ella porque aún la podemos encontrar, aunque ya son muchos años y es difícil de reconocer a mi hermana.
Saben que en este caminar por la búsqueda de los desaparecidos mucha gente es insensible “te tiene que pasar algo para asumir que es verdad, pues por lo regular es que si alguien desaparece dicen que es de los malos o que andaba en mal camino”.
Se prepara junto con sus padres para ir a las fosas clandestinas y mirar más muertos con la única finalidad de saber si Nohemí está entre los enterrados o continuar con la búsqueda que la PGR no ha podido lograr.
Al concluir la manifestación, dobla la lona, se despide del resto de los familiares que sufren la misma pena y dice que llegarán a su casa, mirarán una vez más la silla vacía y ese retrato que ha quedado suspendido en el tiempo.
