La interculturalidad en la educación superior: una oportunidad para la UV
Daniel Bello López
En varios de los programas de trabajo presentados por los postulantes a la Rectoría de nuestra Universidad, se considera a la interculturalidad para consolidar la formación integral de los estudiantes. Con distintos matices pero se hace referencia a ella, sin embargo, pocos se comprometen con la educación intercultural y sobre todo con la Universidad Veracruzana Intercultural, entidad académica al interior de la UV que la implementa en sus programas educativos y trata de operarla en los lugares donde se ubica, las regiones interculturales de Veracruz, asiento de población originaria, grupos vulnerables y población mestiza diversa.
En el plano educativo, incluso al interior de la UV, varios de los postulantes la asocian con la Educación Intercultural Bilingüe y con las comunidades indígenas, por dos cuestiones: las Sedes de la UVI se ubican en la Huasteca (Ixhuatlán), Totonacapan (Espinal), Grandes Montañas (Tequila) y Selvas (Huazuntlán), donde viven los pueblos Náhua, Otomí, Tepehua, Totonaco, Popoluca, Zapotecos, Mazatecos, Chinantecos, Zoques, Mixes; y la otra, porque en México se sigue asociando a la interculturalidad con la educación para indígenas, cuando quienes deben de ser “educados” y sensibilizados no es el “otro”, el “indígena diferente”, sino nosotros, la sociedad nacional, para tener relaciones interculturales horizontales que atenúen las distintas asimetrías, se combata toda forma de discriminación y la violencia de género, en donde la educación intercultural debe aportar a la construcción de una cultura de paz.
Otros postulantes la retoman para la atención de la “diversidad de diversidades”, diversidades por cierto, presentes también entre los pueblos originarios y la nueva ruralidad, que no sólo portan las “poblaciones mixtas” en las zonas metropolitanas de Veracruz, que atraen población migrante diversa.
La propuesta de Transformación Integral presentada por el Dr. Martín Aguilar Sánchez pretende atender la diversidad cultural y su derecho a la diferencia cultural, al relacionar la educación intercultural con las áreas de oportunidad que la Ley General de Educación Superior plantea como retos a las Universidades públicas, entre ellas, la UV: Ampliar la matrícula y el acceso a la educación superior de la población en situación de vulnerabilidad preferentemente en sus lugares de origen, las regiones donde residen; además de incorporar la interculturalidad en la educación.
Una razón para apoyar la propuesta de Transformación Integral de la UV, es que propone fortalecer la UVI retomando lo hecho por ésta: retomar el diseño de programas educativos de licenciatura, que por diversas razones, más allá de las presupuestales, no lograron implementarse para ampliar la nueva oferta educativa de la UVI en las regiones conforme a lo planeado; y como una forma de resistencia contra la colonialidad aun presente en los territorios de los pueblos originarios y las políticas públicas de educación universitaria.
Pues, es en los territorios indígenas justo donde el capital, el racismo, la discriminación y diversas intersecciones de clase, de género, etc., han subordinado a la población perteneciente a una cultura diferente, a pueblos y sus comunidades originarias, al grado que sus pobladores han introyectado la diferencias y han pasado de ser una mayoría sociocultural a una minoría sociopolítica en su propio tierra; de ahí que la formación de recursos humanos y profesionistas de los pueblos indígenas no sólo sea un reto, sino un derecho que les asiste, mediante una educación para todos, culturalmente pertinente, inclusiva, la cual desde la interculturalidad, la sustentabilidad y derechos humanos, es posible.
El fortalecimiento de la UVI no requiere de más burocracia, proponer Vicerrectorías interculturales o nuevas Áreas Académicas, ni sólo, con acciones de acción afirmativa. En efecto, depende a su vez que la UV asuma plenamente la interculturalidad y de transversalizar el enfoque intercultural en sus distintos programas educativos y espacios, pero también de descentralizarla, para fortalecer sus campus y entidades académicas, entre ellas la UVI con la ampliación de su oferta educativa; además de revisar de manera democrática lo realizado en materia de educación intercultural y vinculación comunitaria. Sin duda la UVI tiene aún mucho que aportar por eso debe ser fortalecida.
