La maquinaria de la empresa canadiense Candelaria Mining Corp, “aplastará” a la cima del cerro “La Paila” por la búsqueda del oro. Todos los días se movilizarán 20 mil toneladas de tierra, se consumirán 2 mil 600 metros cúbicos de agua y se emplearán mil 500 toneladas de cianuro de sodio al año para perforar a la imponente montaña que abarca los municipios de Alto Lucero y Actopan, en el estado de Veracruz.

La advertencia de activistas y ambientalistas acerca de una devastación ecológica está por cumplirse. Pero ahora habitantes de 28 comunidades iniciaron resistencias, pero también temen sufrir atentados por enfrentarse a una compañía monstruosa que amenaza con perforar la tierra y tener la minería a cielo abierto.

Francisco De Luna /

Alto Lucero, Ver.-Todos los días, en lo alto del cerro “La Paila” se extraerán 20 mil toneladas de piedras que serán trituradas para la obtención del oro. Las maniobras se realizarán en los municipios de Alto Lucero y Actopan, en el estado de Veracruz.

Pero la verdadera riqueza no es el metal que está en las entrañas de la colina, sino en la gran biodiversidad que se eleva en la zona montañosa de la Sierra Madre Oriental. Justo ahí, en la cima –a 600 metros de altura- en los próximos ocho años, la naturaleza quedará destruida.

Pues a pesar de las movilizaciones de activistas y ambientalistas, la empresa canadiense “Candelaria Mining Corp” anunció que en julio (2018) retomarán el proyecto “Caballo Blanco” para la extracción de 20 toneladas de oro.

El Consultor de la mina, Julio Portales, anunció que se invertirán 115 millones de dólares y que otorgarán 20 millones de pesos anualmente al municipio de Actopan.

El geólogo de la minera, Héctor Salas Hernández, explicó que pretenden aprovechar el yacimiento del metal mediante un tajo a cielo abierto.

Para ello, será necesario movilizar diariamente cerca de 20 mil toneladas de tierra y consumir alrededor de 2 mil 600 metros cúbicos de agua y emplear mil 500 toneladas de cianuro de sodio al año.

La mina se ubica a seis kilómetros del Golfo de México. Desde la cima se observa la planta nucleoeléctrica “Laguna Verde”, así como la carretera Poza Rica-Cardel y la autopista Totomoxtle-Cardel.

Para llegar a la montaña, actualmente se hace el recorrido de aproximadamente 30 minutos en camionetas a través de un antiguo acceso reducido. Casi en la loma se observa la entrada de la mina, proyecto que fue reactivado hace 18 meses.

Los geólogos explicaron que de una tonelada de roca sólo lograrán extraer medio gramo del mineral.

De acuerdo con el proyecto, estiman obtener hasta 20 toneladas de oro durante los siguientes ocho años.

“La roca se va a triturar y conducir por medio de bandas al rancho El Niño”, localidad que se ubica a cinco kilómetros de la montaña.

En esa comunidad de apenas 12 habitantes, se ubicarán las oficinas que operarán las piletas de lixiviados que será el lugar donde serán separados el oro de la roca que la contiene.

Ahí se construirán las pilas de lixiviados. Se utilizarán 90 hectáreas de terrenos. Lo que actualmente son potreros, pasarán a funcionar como parte del proceso para la obtención del oro.

El Niño será contaminado

De acuerdo con el ingeniero en minas de Candelaria Ming Corp, Armando Alexandre, en este terreno se recolectará el mineral, así como la planta y colección de metales “es cerrado, no hay salida de agua ni solución fuera de aquí”.

Las piletas tendrán una geomembrana que cubrirá toda el área. Antes se prepara el terreno y se compacta la tierra con arcilla para que haya doble protección, las piedras y sobre ellas el mineral.

Tendrá aceras para contener el agua que lo llevarán a las pilas y por lo tanto dijo que los derrames no pueden existir. Aunque para casos de emergencia como huracanes o lluvias intensas, habrá un contenedor con capacidad de 385 mil metros cúbicos para evitar que estas se desparramen.

En ese rancho, actualmente se instaló un vivero para la generación de las cícadas, planta que ha sobrevivido desde la época de los dinosaurios y por lo tanto están en peligro de extinción.

Estas serán reintroducidas a la zona y todas aquellas adultas que hoy están sobre La Paila, serán trasplantadas a lugares apropiados.

Han logrado producir hasta 2 mil plantas; actualmente tienen censadas en todo el terreno mil 273 cícadas de las cuales 600 están dentro de donde será el tajo y el resto en las áreas por donde será transportado el mineral.

El Químico Metalúrgico, Martín Sánchez Estrada, refirió que hay cícadas que llegan a medir hasta dos metros, plantas que tendrán que ser cuidadas como el bosque de encino, selva baja caducifolia y alrededor de 670 especies de árboles.

La Paila sí tiene oro

En esta región se establecen variados ecosistemas, como los bosques de encinos tropicales; las selvas tropicales subhúmedas, secas e inundables; los humedales, pantanos y manglares; las dunas costeras y lagunas, además de numerosas especies de fauna que están consideradas en la NOM-059-ECOL-2010 como amenazadas o en peligro de extinción.

En el año de 1994 se descubrió que La Paila sí tiene oro, pero los trabajos de excavación comenzaron en 2004 y hasta 2012, pero fue en 2016 cuando se reanudó el proyecto y fue retomado por la empresa canadiense “Candelaria Mining Corp”.

Y de acuerdo con información de la Red Mexicana de Afectados por la Minería (REMA), la Secretaría de Economía mantiene en concesión más de 25 mil permisos para la exploración y explotación del subsuelo.

Caballo Blanco comprende más de 19 hectáreas donde se harán las detonaciones con explosivos en los cerros de La Paila y de la Cruz. Además refieren que ha cambiado cuatro veces de propietario desde 2008.

La minera canadiense Candelaria Mining Corp compró en 2016 la concesión a Timmings Gold Corp por 12.5 millones de dólares.

El personal de Candelaria, en el recorrido realizado por la zona el 19 de mayo (2018), indicó que los trabajos no generarán afectaciones al medio ambiente, además se restaurarán las áreas que llegaran a resultar con daños.

A decir del geólogo, Héctor Salas, se han realizado pruebas de explosivos para verificar que tanto podría repercutir a la planta nuclear, sin embargo dijo que comprobaron con sismógrafo que no existen afectaciones “pues vibra más con el paso de un camión de carga pesada que transita por la carretera Nautla-Cardel”.

Además, indicó que el trazo de la “súper carretera” Totomoxtle-Cardel ha causado más daños ambientales que aquellos deterioros que pudiera causar el tajo de la mina.

En Palma Sola, a escasos seis kilómetros de la localidad atraviesa la pista en donde con la excavación para la apertura del acceso, aseguró que hay más daños ambientales a comparación de lo que dejarán los trabajos durante ochos años en La Paila.

El miedo a perderlo todo

Los trabajos de la mina dañarán el entorno ecológico de 28 comunidades de los municipios de Actopan y Alto Lucero, manifestaron los habitantes de esta zona durante la protesta pacífica realizada el viernes 25 de mayo (2018).

Los activistas de La Asamblea Veracruzana de Iniciativas y Defesa Ambiental (Lavida) realizaron una ponencia en la iglesia «San Francisco de Asís» con el tema del rechazo y repudio en contra el proyecto.

Algunos de los pueblos y comunidades que mostraron resistencia son, Xalapa, Jalcomulco, Rinconada, Coatepec, Chicuasen, Villa Nueva, Cerro Gordo, Tinajitas, Flor Blanca, Los Ídolos, La Caña, Santa Rosa, Mozomboa, San Isidro, Los Baños, Jicaro.

También Vista Hermosa, Totolapan, El Cedro, El Espinal, Mesa del Rodeo, Hornitos, El Guarumbo, Arroyo de Piedra, Buenos Aires, El Aguaje, La Caña, Paso de la Milpa y habitantes de la cabecera municipal de Actopan.

El integrante de Lavida, Emilio Rodríguez, durante su ponencia indicó que el 13 por ciento del territorio del país mexicano ha sido otorgado a empresas mineras y Actopan es una de ellas.

En tanto que los representantes de Candelaria Mining Corp, detallaron que en México, 28 estados tienen actividad minera, siendo esta la cuarta labor que más divisas genera, así como la creación de 2 millones de empleo, generando el cuatro por ciento del Producto  Interno Bruto (PIB) y Caballo Blanco es 70 por ciento mexicana y 30 por ciento canadiense.

Explicó que la Ley Minera de 1992, fue firmado y promulgado por los diputados federales y senadores «porque dice que la minería es una actividad preferente sobre el territorio».

Y que las mineras podrán hacer uso del agua y por lo tanto se corre el riesgo de que la veda del río Actopan será retirada para la utilización del líquido por las maniobras que se harán para la extracción del oro.

Ante los cientos de habitantes de las comunidades que están en contra de la mina donde la empresa subcontratada «Caballo Blanco» busca hacer trabajos de extracción, indicaron que no permitirán que se lleven a cabo los trabajos.

Mediante una rueda de prensa, el pasado 19 de mayo, los representantes de la concesionaria, confirmaron que aún no cuentan con los permisos de extracción pues la misma empresa lo mantiene en revisión para cumplir con todos los requisitos que exigen las normas ambientales y la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat).

El río Actopan en peligro

La veda del río Actopan se cancelará a partir de agosto (2018) bajo los pretextos de que el agua podrá ser utilizada por los habitantes, denunciaron los ciudadanos de esta cabecera municipal.

Creen que la finalidad es para que las empresas mineras como “Candelaria Mining Corp” la utilicen durante las maniobras de perforación y extracción del oro en el cerro “La Paila”, ubicado en Palma Sola, municipio de Actopan.

La información la basan con datos de la Comisión Federal de Mejora Regulatoria (Cofemer), de la Secretaría de Economía, y la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) presentó la Manifestación de Impacto Regulatorio.

En donde por decreto presidencial de Enrique Peña Nieto, al amparo del artículo 27, párrafo tercero, de la Constitución Política, “la Nación tendrá en todo tiempo el derecho de regular, en beneficio social, el aprovechamiento de los elementos naturales susceptibles de apropiación, con objeto de cuidar su conservación y lograr el desarrollo equilibrado del país, decreta veda para estas cuencas veracruzanas”.

El integrante de La Asamblea Veracruzana de Iniciativas y Defensa Ambiental (Lavida), Emilio Rodríguez, explicó que las dependencias federales muy pronto darán a conocer el veredicto sobre el afluente Actopan.

De acuerdo con los activistas, el pasado 21 de marzo se dio apertura al expediente 04/0026/210318, sin embargo aún no se publica en el Diario Oficial de la Federación.

Este decreto está basado en el párrafo quinto del 27 constitucional y describe que «establece la facultad del Ejecutivo Federal para reglamentar la extracción y utilización de las aguas de propiedad nacional y aún establecer zonas vedadas, cuando lo exija el interés público o se afecten otros aprovechamientos».

De esta manera se dejará sin efecto el acuerdo publicado en el Diario Oficial de la Federación el 30 de agosto de 1948 en el que se declara vedado, por tiempo indefinido, el otorgamiento de concesiones para aprovechar aguas del río Actopan y las de todos sus afluentes y subafluentes que constituyen su cuenca tributaria.

El levantamiento de veda, lo único que favorecerá a la instalación de parques industriales y proyectos extractivos que hay en la región y por lo tanto requieren del líquido para garantizar su funcionamiento, indicó Emilio Rodríguez.

También mencionó que a más tardar dentro de tres meses la Cofemer tiene que dar el resolutivo “y ya después se hará la publicación en el Diario Oficial de la Federación”, expuso el activista.

Supuestamente el decreto presidencial establecerá facilidades administrativas para el otorgamiento de nuevas concesiones o asignaciones de aguas nacionales a los usuarios que cuenten con títulos cuya vigencia hubiere expirado a partir del día primero de enero de 2004, así como respecto de títulos vigentes cuya prórroga no se solicitó en los plazos señalados en la Ley de Aguas Nacionales, y para las solicitudes de prórroga presentadas fuera de dichos plazos que se encuentren pendientes de resolución.

La defensa se intensifica

El 25 de mayo cientos de habitantes de las 28 comunidades manifestaron su inconformidad y marcharon por las principales calles de Actopan, donde al grito «¡que baje el alcalde!», «¡que baje el alcalde!» pedían la presencia del presidente municipal de la alianza PAN-PRD, José Paulino Domínguez Sánchez.

Con sus pancartas y amplias lonas de «no a la mina» pedían que bajara el alcalde para atender a los inconformes con el proyecto de la empresa canadiense, a la cual señalan que sólo traerá muerte y desolación de sus campos.

Los manifestantes pedían conocer la postura del presidente municipal así como de los integrantes de la comuna.

En sus pancartas se leían consignas como «lucha por la vida», «no queremos la minería tóxica», «su mina, nuestra vida». Y otra que decía: señor presidente si usted no tiene los suficientes pantalones para defender su pueblo, déjele su lugar a quien si los tenga. No a las Minas.

Y cuando Paulino Domínguez se acercó a los activistas que protestaban en la plaza “Morelos”, intentó golpear a uno de los manifestantes.

“Y te conozco y no digas pendejadas. Estúpido”, decía alebrestado mientras apuntaba con el dedo índice al manifestante y es que de entre la multitud, uno de los inconformes contra de la mina le reclamó que él como Presidente Municipal de Actopan, recibiría de 20 a 40 millones de pesos por dejar trabajar a la minera.

Eso de inmediato generó el descontento del munícipe quien con sumo coraje retó al ciudadano que diera la cara y pidió a sus asistentes que identificaran al manifestante y apuntaran el nombre.

En estas movilizaciones, la iglesia católica de Actopan ha mostrado participación importante y ahora los sacerdotes que se oponen al proyecto minero a cielo abierto “La Paila” temen sufrir agresiones por parte de “Candelaria Mining Corp”, refirió el sacerdote Andrés Hernández Solana.

Él, es párroco de la iglesia “San Francisco de Asís”, donde el pasado viernes 25 de mayo se realizó la asamblea en contra del proyecto de “Caballo Blanco”.

Durante la protesta pacífica, los inconformes se reunieron en el interior de la iglesia católica donde se llevó a cabo el foro informativo con relación a la extracción de los 20 toneladas de oro que podría producir la mina.

“Queremos que el gobierno diga no a las minas, que el gobierno apoye a su pueblo, no queremos la muerte para nuestro pueblo, queremos la vida, tenemos experiencias de otros lugares donde ya las enfermedades son un hecho: Zacatecas, Guatemala”.

Por el respaldo que les han brindado a los activistas y ciudadanos de 28 comunidades de los municipios de Actopan y Alto Lucero, temen sufrir alguna agresión por parte de las mineras.

Y es que han mostrado su rechazo a los proyectos millonarios en Veracruz por la catástrofe ambiental y los daños a las poblaciones que estas pueden representar. “Siempre hay riesgos, esos no los descartamos, pero hasta el momento no ha habido ninguna agresión, ni amenaza”.

Las autoridades eclesiásticas están conscientes de que es una lucha que se tiene que seguir “y a nosotros nos respaldan”, por ello pidió a las autoridades que retire la concesión a la empresa Candelaria Mining Corp, para evitar la extracción de 20 mil kilos de oro en el cerro “La Paila”.

Expresó que las mineras normalmente mienten, “dicen que han visitado escuelas, iglesias, sacerdotes y eso no es cierto, tal vez algunas escuelas, pero aquí no ha habido ninguna visita a algún sacerdote, más aún la curia, el obispado, el presbiterio, estamos en sintonía para apoyar la lucha de los lugareños”.

 

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