Denisse Brauer
Ciudad de México.- El papel de las mujeres sigue relegado a segunda categoría pese a las conquistas logradas a esta fecha, dijo Gabriela Cabrera, académica y orientadora educativa en la Dirección General de Orientación y Atención Educativa en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
Como ejemplo citó el comportamiento de varias mujeres en el contexto de la reciente visita del Papa Francisco, “te das cuenta de qué ocurre y qué vive en particular la mujer, cómo piensa y cómo se ve a sí misma. Parece que no hemos evolucionado mucho y eso es lamentable realmente”.
La catedrática y doctora en educación se refirió al papel de los medios de comunicación como parte importante en la educación y formación de la sociedad y sobretodo de los nuevos mexicanos. “Creo que en los medios de comunicación y en general, se sigue fomentando un papel de segunda categoría para las mujeres”.
En ese sentido dijo que hay opiniones en contrario que aseguran que esto no es así, dado que ahora tenemos acceso a la educación superior y a cada vez mejores puestos, “pero eso obedece a las condiciones económicas de la sociedad porque ahora se requiere que ambos en la pareja trabajen”.
Coyunturalmente se cita a la feminista española y experta en temas de medios de comunicación, Cristina Fraga, particularmente en su texto titulado Las Mujeres y los Medios de Comunicación, en el cual se refiere a la invisibilidad de la mujer en los medios de comunicación de masas “nos estamos refiriendo a un concepto que va íntimamente ligado al papel que tradicionalmente se la ha asignado en la sociedad y que no es otro que el familiar, el doméstico”.
Aunque si se trata de mujeres con un rol diferente a éste, expone la autora, “a grandes rasgos, la imagen que se sigue dando corresponde a una mujer joven, atractiva, delgada, rubia, capaz de identificarse como objeto sexual, siendo la televisión el medio que más contribuye a ello”.
“Si se trata de una profesional, también se citan antes otros aspectos que poco o nada tiene que ver con la noticia en cuestión. Por lo general, se la vincula con el status. Se la nombra como hija de, madre de, hermana de, viuda de…, y siempre remarcando o preguntando la capacidad de poder compatibilizar el trabajo con el hogar. En definitiva, los medios de comunicación en general, incluida la publicidad, transmiten una imagen de la mujer que nada tiene que ver con su trayectoria vital y profesional y con la que no se identifican.”
