TEXTO: Francisco De Luna /
FOTOS: MIGUEL ÁNGEL CARMONA
Xalapa, Ver.-Se hace llamar “Cazador”. Su nombre real no lo quiso revelar. Se trata de un migrante estadounidense quien desde hace un mes vive en la banqueta del Palacio de Gobierno de Veracruz, con sede en la ciudad de Xalapa.
Él, contrario a la caravana de migrantes centroamericanos, viaja solo y su destino es llegar al sur del país mexicano.
Tiene 43 años de edad. Cuenta que desde hace 15 meses llegó a México y comenzó a recorrer el territorio, pero hizo escala en la capital veracruzana donde desde hace cuatro semanas duerme en la calle.
Es originario de Texas; se le dificulta hablar español y sus relaciones sociales en territorio mexicano han sido complicadas.
Se refugia en un rincón del Palacio de Gobierno sobre la calle Leandro Valle de la zona centro de Xalapa. Y se instaló en esa área porque ahí puede cubrirse de las lluvias o los intensos rayos del sol.
Pero también aprovecha para conectarse al internet gratuito de la empresa Teléfonos de México (Telmex). Su mochila y una pequeña cámara le acompañan en su viaje y al ser entrevistado responde “no me gusta hablar de mi historia, yo quiero hablar de mi futuro”.
En su ciudad natal se dedicaba a la fotografía para eventos sociales como 15 años y bodas, pero también a retratar el arte.
El Cazador asegura que la policía con la que ha tenido contacto en Xalapa, es “very nice”.
“La policía es amigable. No sé a dónde ir, pero no quiero problemas. La policía no me molesta”, dice durante la entrevista mientras él permanece recostado y tapado con una cobija adornada con flores grandotas.
Junto a él, tiene una pizarra en la que ha escrito “Adopta a gringo” y una frase como “sea rápido para elogiar y lento para criticar”. Le acompañan palabras como “fotografía”, “inglés”, “ley de EE.UU”, “computadoras”, “cualquier asignatura académica”.
El migrante sólo pasa las noches a lado de este Palacio de Gobierno, porque al amanecer emprende camino por la ciudad y su lugar preferido es el barrio de “Xallitic”, lugar que le parece emblemático pues considera que este espacio fue como sacado de una postal o de un cuento.
“Descanso y me voy a otros lugares. No sé a dónde ir, pero me gusta caminar mucho. Me gusta mucho Xalapa, mi plan es sobrevivir solo”, responde con el “acento anglosajón” al tiempo que acomoda su pesada mochila.
Desconoce cuánto tiempo más radicará en Xalapa, porque su deseo es continuar el recorrido, plan que ya había dispuesto desde que comenzó su migración al sur del país mexicano.
