Ciudad de México.- A partir de ayer Tlatelolco es Patrimonio Cultural Intangible, es decir que “se salvaguardarán sus conocimientos, creencias, prácticas, sistemas de representación, reproducción y transmisión relacionados con su memoria histórica”.
Con la representación de la Secretaría de Cultura, la directora general del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA), Lidia Camacho, señaló que esta medida “contribuirá de manera relevante a la educación patrimonial e incentivar el interés de la comunidad por conservar y valorar los rasgos singulares de nuestra identidad”.
La ceremonia de Declaratoria de Patrimonio Cultural Intangible a Tlatelolco como Sitio Emblemático de la Memoria Histórica de la Ciudad de México fue realizada en el Centro Cultural Universitario Tlatelolco por el rector de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Enrique Graue, y el jefe de Gobierno de la Ciudad de México, Ramón Amieva, entre otros.
La funcionaria federal recordó que, a lo largo de su historia, Tlatelolco ha sido un lugar de las más variadas manifestaciones culturales y representa un espacio de carácter particular en el que confluyen las raíces y herencias prehispánicas y coloniales, así como distintas expresiones de la modernidad
De acuerdo con la titular del INBA, este lugar emblemático de la Ciudad de México también ha ejercido un papel protagónico en la historia, la sociedad, la cultura y la política mexicana.
Apuntó que, creado en el año 1337, Tlatelolco ha sido testigo de grandes episodios de nuestra historia, a tal grado que hace exactamente medio siglo se convirtió en un lugar de efervescencia popular, cuya finalidad consistió en transformar a este país.
Indicó que Tlatelolco es sinónimo de todas las manifestaciones artísticas y culturales que se han desarrollado en el norte de la capital del país y, por supuesto, es un espacio de gran conocimiento donde lo anecdótico se inserta en lo simbólico.
La firma de la Declaratoria a Tlatelolco como Patrimonio Cultural Intangible fue atestiguada por varios integrantes de la comunidad intelectual y política de la Ciudad de México, como Jorge Volpi, coordinador de Difusión Cultural de la UNAM; Eduardo Vázquez, secretario de Cultura de la Ciudad de México; y Luis González Pérez, presidente de la Comisión Nacional de Derechos Humanos, entre otros.
