Unidad y Oposición

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Jorge Ignacio Luna Hernandez.

Unidad y Oposición

Jorge Luna

«Si permanecemos unidos nada nos será imposible; si nos dividimos, incluso con la mejor estrategia fallaremos».

En la mística de la política y su cíclica andananza, es dable afirmar que son los tiempos de oposición, por lo que la denostación no cesa ni va a cesar. Son tiempos de confrontación, de desmarcarse y moverse, de mostrarse atractivo para las masas. Son tiempos de acaparar los reflectores y los medios masivos de comunicación. De indagar y desentrañar todo aquello que el gobierno no hace bien y denostarlo, como si en el pasado se hubiera hecho mejor o como si la gente creyera que de regresar al poder lo harían mejor. El fin último es aprovechar el descontento de algunos para generar división política y social.

Los ataques no cesan, ni cesarán. La otrora ignominia con que desdeñaban al pueblo cuando dirigieron los destinos de la nación, se ha convertido en un intento pusilánime de falso sentido humanista y conmiseración hacia el pueblo. Los más distinguidos miembros de la antes todo poderosa e intocable clase política, hoy reducidos a escombros y condenados a la desgracia, esperan con ansias el retorno de aquellos tiempos de abundancia. Añoran volver a vivir del presupuesto, ambicionan el despilfarro, los lujos, los excesos. Reacios a vivir en el error, aprovecharán la más mínima oportunidad para hacerse nuevamente del poder.

En su permanente guerra por el poder, cuentan entre sus filas con fuertes aliados atropellados por el nuevo régimen. Aliados que detentan el poderío económico y los medios masivos de comunicación. Con la llegada del nuevo mandatario sus intereses han sido desprovistos y mermados. Acostumbrados a su condonación, ahora se les ha obligado a pagar sus deudas fiscales. Antes agasajados con suculentos contratos, se les ha dejado fuera del presupuesto para asignarlo a «los más vulnerables», un concepto que ni conocen ni entienden ni les interesa, pero que se contrapone con sus intereses.

Ordeñaron el presupuesto de la nación durante años, lustros, décadas, lo mismo de las Secretarías de la administración centralizada que de los organismos autónomos y las paraestatales; CFE y PEMEX dan cuenta de ello. Succionaron cada peso destinado al bienestar de los mexicanos apoyados en teorías neoliberales y su mentira más grande de que estando bien los de arriba los de abajo estarían mejor.

Con la ayuda de estos aliados, hoy esta oposición sin calidad moral, golpea, reprocha, denosta a diario al jefe del Ejecutivo. Empeñados en adueñarse del espacio público, intentan congraciarse con la gente y colocarse en su ánimo. Como si décadas de saqueos y abusos se olvidaran en apenas dos años. Como si se resolvieran por decreto o alguna suerte de conjuro.

Las elecciones del 2021 están a la vuelta de la esquina y aquellas remembranzas de ramperil abundancia resuenan como un eco en sus cabezas. Harán hasta lo imposible por recuperarla y por ello confrontan, denosta y dividen a la opinión pública y a las masas.

Apoyados en técnicas de marketing político, manejo del espacio público e imagen pública, recrean escenarios de gobiernos anteriores y los colocan en el imaginario colectivo para hacer creer al pueblo que ellos gobernaron mejor. Basados en la máxima de que «la gente no piensa en el pasado como realmente ocurrió, sino como ellos recuerdan que ocurrió», pretenden introducir falsos recuerdos de que aquellos fueron tiempos mejores para los mexicanos.

La nueva oposición se adapta a los avances tecnológicos, montan centros de operaciones con cientos de bots cuya función es denostar en todas las redes sociales al actual gobierno. En su constante guerra por el poder, todo golpe cuenta.

No los detiene una pandemia. Hubiesen preferido que se escapara el control al gobierno federal y tal vez así la derecha habría dado un nuevo golpe de estado como lo hizo con Evo en Bolivia.

El golpeteo no se detiene, por el contrario va a arreciar. La simulación y el cortejo frente a los electores también. Ante este panorama, los ciudadanos debemos mantenernos atentos e informados, no quedarnos con la primera impresión que vemos en las redes sociales y los medios de comunicación, sino indagar el contexto y los hechos. No obnubilar nuestro juicio con los constantes ataques.

Contrario a lo que ellos sostienen, son tiempos de unidad, tiempos de cobijarnos unos a otros, de meter el hombro y sacar adelante a nuestro país, a nuestro Estado.

Una vez que mejore la situación sanitaria, todos habremos de salir a trabajar más arduamente. Volveremos a llenar las calles, los parques, las plazas. Volveremos a soñar con un mejor país y tendremos la oportunidad de hacer realidad la anhelada Cuarta Transformación, si y solo si, no nos dejamos llevar por la simulación.

Jorge Ignacio Luna Hernández
Licenciado en Derecho
Regidor Tercero de Coatepec
Maestrante en Administración Pública.

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